Cazadores sin alma

EL ÁNGULO INVERSO

Publicado: 14 dic 2025 - 03:10

Cazadores sin alma
Cazadores sin alma | Alba Fernández

Lunes, 8 de diciembre

Con frecuencia, o para ponerme verde, se me acerca algún lector a comentarme un artículo o a sugerirme alguna idea. Mira tú, estoy en el café y se me aproxima un señor con gesto serio, como enfadado: “Oiga, usted que escribe en el periódico, no sé si sabe esa noticia sobre Sarajevo. Al conocer esto, he sentido vergüenza ajena de los seres humanos. Es cierto, los humanos son los animales más agresivos de la tierra. Mire, yo trabajé como taxista y en la intimidad del coche he escuchado muchas historias y conozco un poco al ser humano. Pero esto supera lo imaginable”.

Mi interlocutor trae algunos recortes de periódico y páginas escritas a mano. Uno de los artículos lo firma un ex director de los servicios de inteligencia española y curtido embajador.

Situémonos en los conflictos armados de Yugoslavia que terminaron con el reparto de países independientes. Un genocidio difícil de igualar. Recuerda la matanza de Srebrenica. Llegó un momento que en Sarajevo no había sitio para enterrar a todos los muertos.

Te cuento, hermano lector. Demoledor. Situémonos en los conflictos armados de Yugoslavia que terminaron con el reparto de países independientes. Un genocidio difícil de igualar. Recuerda la matanza de Srebrenica. Llegó un momento que en Sarajevo no había sitio para enterrar a todos los muertos.

Difícil de creer a donde la humanidad ha llegado.

Safaris humanos. Sobre todo en Bosnia. Los hombres de la guerra ofrecían a millonarios salir de caza durante un fin de semana. Llevaban al cliente “al frente”, a una zona sin peligro donde con armas de última generación disparaban a un enemigo desprotegido. Así de crudo. Si era una mujer en estado o un niño había un plus. Se usaba el certero fusil Zastava M70. Como los cazadores de perdices, iban acompañados de ayudantes que buscaban la pieza abatida.

(Me dice: “Usted escribió: haz el amor y no la guerra. Qué ingenuo es usted”).

Martes, 9 de diciembre

A mis tertulianos no les gusta la Navidad. Dice el profesor: “Es una orgía consumista”. Después, se pone nostálgico: “Hay un belén en mi infancia. Me recuerdo buscando musgo para el nacimiento que instalábamos en el salón. Teníamos figuras de barro. El buey, la cueva, el pesebre… Cuánto nos costaba hacer el río con papel de plástico”.

Intervengo yo: “Tengo en mi mente “Plácido” de Berlanga. “Siente un pobre a su mesa”, era el slogan. En la película están todas las navidades de la larga posguerra, con un José Luis López Vázquez inmenso. La jodida motocarro que recorre la ciudad podría ser la España de entonces. Hay ráfagas que reflejan las navidades de hoy. Y me temo que las de mañana”.

(La tertulia concluye. Plácido. Hermano lector, te invito a ver Plácido. Te conmoverá).

Viernes, 12 de diciembre

Se han ido dos poetas que marcaron a generaciones. Maldita sea. Debe ser cierto, lo escribí alguna vez: “Los buenos mueren jóvenes. Tal vez los dioses tengan envidia de su talento”.

Se fueron Jorge Martínez y Robe Iniesta. Enseguida distingues a Ilegales por su sonido cristalino. Jorge nos enseñó a vivir con los ojos abiertos. Nos dio sus señas de identidad en la canción “Ángel exterminador: “El mundo es basura pero me gusta estar vivo”.

También se fue Robe. Desde aquel primer disco: “Rock transgresivo” hasta “Se nos lleva el aire”. Sobran tópicos y clichés. Recorrió caminos clandestinos con un estilo de vida creativo. Nos enseñó a querer lo prohibido. Su legado: “Que el poder del arte bien nos pudiera salvar de una vida inerte, de una vida triste, de una mala muerte”.

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