Contumacia en el error

Cuando se descubrió el robo en la oficina de Correos de Fuente de Cantos, municipio pacense de 4.500 vecinos, de 124 votos enviados con anticipación para las elecciones autonómicas de Extremadura del próximo domingo se desató por parte del PP una campaña para denunciar un “pucherazo”, una estratagema para falsear los resultados en perjuicio del PP que lo asumió como un intento difuso de “hurtar el derecho a votar”, en el que el dedo acusador apuntaba a una decisión gubernamental.

Lejos de rectificar, todos los dirigentes del PP que salieron en tromba para advertir del peligro de la democracia no se desdijeron cuando la Guardia Civil concluyó que se trataba de la acción de un grupo de delincuentes comunes. Tampoco dijeron nada cuando desde Correos se localizó y se volvió a permitir votar a la gran mayoría de los ciudadanos que resultaron afectados por el suceso. Que una de las condiciones del populismo derechizado es el cuestionamiento de las votaciones democráticas se estudia ya en las facultades de Políticas, con mención especial a Donald Trump cuando perdió ante Joe Biden e inspiró el asalto al Congreso de los Estados Unidos, un comportamiento común a quienes, esta vez sí, cuestionan la democracia mediante el ataque a uno de sus pilares fundamentales, el sistema electoral, sobre el que arrojan dudas de una u otra forma, ya sea por las papeletas ya por el recuento, a pesar de que disponen de interventores en todas las mesas electorales.

El robo de los votos se ha convertido en el último de los argumentos de la campaña del PP de la que han desaparecido las alusiones a los acosadores y sobones del PSOE, quizá porque uno de ellos - a la sazón su primo- conducía el coche oficial de Guardiola y hay una denuncia por acoso contra un importante alcalde cacereño.

Cierto que en democracia todos los votos valen lo mismo, qué por un puñado de ellos, sobre todo en las elecciones municipales se puede ganar o perder un concejal, aunque su efecto es menor cuando los votos a recontar son el setenta por ciento del censo como ocurrió en las anteriores elecciones autonómicas. En las de 2023, en Fuentes de Cantos votó 3.100 personas, el 80 por ciento del censo y el PP obtuvo el 46% de los votos emitidos mientras que el PSOE logró un 34%. Aunque el PP hace como si todos los votos perdidos -y ya recuperados en su mayoría-, fueran a su candidatura, a tenor de los resultaos pasados le correspondería la mitad de los 124 objeto de disputa y al PSOE la tercera parte, y quien sabe si alguno de ellos no iría a parar a Un Mundo Más Justo, que también tuvo los suyos.

Determinado que el asalto a la oficina de Correos se trató de un robo de delincuentes comunes que han realizado acciones similares en los últimos tiempos, no se entiende la contumacia en el error de la presidenta extremeña, María Guardiola, de cuestionar el procedimiento democrático a no ser que se haya contagiado de la consigna de tildar a la acción del Gobierno como una secuencia de decisiones tendentes a implantar una dictadura bolivariana en nuestro país, que sería tan sui generis como que permite que la mitad al menos de los medios de comunicación utilicen su libertad de expresión para criticar todas y cada una de sus decisiones.

El robo de los votos se ha convertido en el último de los argumentos de la campaña del PP de la que han desaparecido las alusiones a los acosadores y sobones del PSOE, quizá porque uno de ellos - a la sazón su primo- conducía el coche oficial de Guardiola y hay una denuncia por acoso contra un importante alcalde cacereño.