Cuáles eran los alores cotidianos en Ourense en el siglo XVIII? ¿A que olían las casas, calles, tabernas, panaderías, ultramarinos, farmacias…, los días de fiesta, como magostos y carnavales?
¿Qué olor tenían los vinos del Ribeiro en el siglo XVI? ¿Cuál era el perfume antiguo de las uvas, Albarello, Bastardo, Monstruosa o Dona Blanca, que cultiva José Luis Mateo en Verín?
¿Sería posible recuperar todo este patrimonio olfativo y archivarlo en una enciclopedia de olores?
Los seres humanos desarrollamos memoria olfativa justo antes de nacer. Los olores impulsan nuestra creatividad, influyen en nuestras emociones, nos cuentan la historia del lugar. Permanecen en nuestra memoria y regresan en forma de recuerdo, para dar vida a todas aquellas primeras veces.
La ciencia estudia la influencia de los aromas en las personas, con la aromaterapia, ésta aplicada en el campo de la medicina, es una alternativa para curar enfermedades. Y con la aromacologÍa que estudia la interrelación entre la psicología y los olores. Un ejemplo en nuestro día a día es el “marketing olfativo”, las empresas desarrollan un perfume determinado para que los consumidores vinculen su marca a un olor.
Es interesante destacar el proyecto impulsado por la unión Europea denominado Odeuropa. Un viaje sin precedentes que involucra a científicos, historiadores, perfumistas, químicos y lingüistas de siete países, en la búsqueda de identificar y recrear los olores perdidos de Europa, entre los siglos XVI y el inicio de los XX.
La universidad Rockefeller de Nueva York, demuestra en un estudio que recordamos un 35 % de lo que olemos y solamente un 5 % de lo que vemos, dejando un 1% para el tacto y el 2% para lo que escuchamos.
Uno de los síntomas característicos de la Covid - 19 es la pérdida del olfato, este motivo ha hecho que se hable de la importancia del sentido del olfato.
Si el sentido del olfato es de vital importancia, nos podríamos preguntar ¿por qué no tenemos más experiencias olfativas? o ¿Con qué olor nos gustaría que nos recuerden?
