Tal día como hoy | Hindenburg

Era un dirigible alemán tipo zeppelin y la aeronave más grande jamás construida (su eslora superaba la de tres Boeing 747 juntos).

Fue nombrado así en honor al entonces presidente de Alemania, Paul von Hindenburg.

Sus 245 metros de largo y 41 de diámetro estaban construidos en duraluminio, una aleación de aluminio, cobre, manganeso y silicio. En un primer momento se pretendió que funcionara con helio, pero un embargo de los americanos sobre este elemento obligó a cambiar de planes y a rellenarlo de hidrógeno, altamente inflamable y fuertemente explosivo.

Era todo un hito para la época: los 1.200 caballos de potencia de sus cuatro motores Daimler-Benz 602

Sin embargo, los alemanes estaban tan convencidos de sus medidas de seguridad que incluyeron una sala para fumadores en su interior.

Era todo un hito para la época: los 1.200 caballos de potencia de sus cuatro motores Daimler-Benz 602 le permitían cruzar el Atlántico en apenas tres días, cuando la alternativa por mar equivalía a al menos dos semanas de viaje.

Tenía capacidad para 72 pasajeros y una tripulación de 61 personas. Los primeros años funcionó con enorme éxito y llegó a cruzar 17 veces el Atlántico.

Sin embargo, era todo un hito para la época: los 1.200 caballos de potencia de sus cuatro motores Daimler-Benz 602 le permitían cruzar el Atlántico en apenas tres días, cuando la alternativa por mar equivalía a al menos dos semanas de viaje.

Tal era su buena prensa que el régimen nazi se apropió de su imagen como muestra de la grandeza del poderío alemán. De hecho, el 1 de agosto de 1936, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, el dirigible sobrevoló el estadio momentos antes de la aparición de Adolf Hitler.

El 6 de mayo de 1937, tras haber cruzado el océano, el dirigible debía aterrizar en New Jersey. En un momento dado se observó en la popa un destello de fuego de San Telmo, seguramente debido a la electricidad estática, lo que provocó que en treinta y dos segundos el aparato quedará destruido por completo.

De las 97 personas que viajaban en él, increíblemente solamente 35 perdieron la vida. Muchos de los pasajeros se salvaron gracias a la rotura de los depósitos de agua, lo que les permitió salvarse de las llamas.

La gran cobertura mediática del accidente tuvo una fatal repercusión en el futuro de los dirigibles de pasajeros.

Las terribles imágenes del siniestro dieron la vuelta al mundo y terminaron con la vida de este medio de transporte.

Pillarse un globo

Pillar, coger, agarrarse un globo, o dicho sobre alguien “lleva un globo”, significa coloquialmente marearse o perder las capacidades físicas y mentales de forma transitoria, debido a un consumo excesivo de alcohol o por haber ingerido algún narcótico.

Ejemplo: “Apenas había bebido, pero pillé un globo que me tuvieron que llevar los amigos a casa”, “Ese hombre lleva un globo de cuidado, apenas se sostiene de pie”.

La expresión tiene su origen en el argot juvenil, aplicada a los efectos del hachís o de otras sustancias estupefacientes, debido a que al ingerir esos productos se tiene la sensación de volar o de viajar en globo.

Actualmente se usa mucho como sinónimo de enfado, en el sentido de que quien se enfada también pierde la consciencia o su estado normal.

Ejemplo: “El jefe se pilló un globo impresionante sólo porque llegué cinco minutos tarde”.