Carlos Risco
LA CIUDAD QUE TODAVÍA ESTÁ
La puerta que fue bodega en la calle Hernán Cortés
CLAVE GALICIA
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, no desaprovechó un desayuno informativo servido el jueves por la agencia de noticias Europa Press para salpimentar la agenda del día con el anuncio de una reforma del Estatuto de los Trabajadores que ampliaría, en caso de ser aprobada, hasta 10 días el permiso por fallecimiento de familiares. “Nadie puede ir bien a trabajar a los dos días del fallecimiento de un padre, de una madre, de un hijo, de una hija, de un amigo. Nadie puede hacerlo bien”.
La ministra deseó una acogida favorable de los empresarios “a la reforma pendiente” sin haber realizado antes un proceso de escucha. A Antonio Garamendi le sobraron micrófonos para solicitar diez días de descanso de los anuncios por sorpresa de la ministra, pero los programas de la actualidad comentada ya se habían subido al globo y el presidente de la patronal había pronosticado consecuencias catastróficas con cada subida del salario mínimo. Las empresas aumentaron la facturación y creció el empleo. Fernando González Laxe, catedrático de Economía Aplicada y ex presidente de la Xunta, recomendó esta semana a los empresarios generosidad salarial para que el inesperado crecimiento económico en la confusa situación geopolítica sea incluso mayor de cerca del 3% que prevé para Galicia a cierre de año. La nómina condiciona o incentiva el consumo.
Para Díaz se trata de “una medida demandada”, ya que los permisos actuales –cuatro en caso de desplazamiento por un familiar de primer y segundo grado (padres, hijos, hermanos, abuelos y nietos)– son “demasiado exiguos”.
La prensa del bando empresarial criticó que la ministra pretenda imponer lo contrario a lo que hizo al morir su padre. Intervino en el Congreso, donde rompió a llorar, horas antes de enterrarlo. Para Díaz se trata de “una medida demandada”, ya que los permisos actuales –cuatro en caso de desplazamiento por un familiar de primer y segundo grado (padres, hijos, hermanos, abuelos y nietos)– son “demasiado exiguos”. La propuesta ha calado de manera desigual según el currante que se interpele para valorar el impacto electoral. Dos días de permiso parecen insuficientes, solo por el papeleo, pero a algunos diez le recuerda al obligatorio luto cerrado. Nadie puede discutir un nuevo permiso de cuidados paliativos, que también esbozó la ministra sin concreciones, pero como uno dependa del otro, la elección es llegar a tiempo, estar para acompañarlo.
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