Opinión

Pedro Sánchez, o cuando el poder está por encima de la verdad y la dignidad

"Frente a lo que vuecencia dice, hasta la verdad parece mentira”. Eran las palabras que Augusto Roa Bastos ponía en boca de Policarpo Fandiño, secretario del dictador paraguayo José Gaspar Rodríguez de Francia en su novela “Yo, el Supremo”. El presidente en funciones Pedro Sánchez parece revivir ahora en España la historia del dictador Rodríguez de Francia en la República del Paraguay del siglo XIX, al querer disfrazar la mentira de verdad y emplearla como argumento sin más objetivo que perpetuarse en el poder.

Estamos descubriendo a un Pedro Sánchez insaciable

Estamos descubriendo a un Pedro Sánchez insaciable de poder que sacrifica y entrega cualquier cosa con tal de lograrlo. Sus compañeros de partido deberían percatarse de ello y negarse rotundamente a tamaña iniquidad. No se puede gobernar a cualquier precio. Eso es lo que diferencia a una democracia de una dictadura. 

El pacto firmado ya con ERC y el que intenta firmar a toda costa con Carles Puigdemont para lograr los siete votos de Junts per Catalunya son el fiel ejemplo de una ambición sin límites, una ambición personal por encima de los intereses de España y por encima de la ley, algo más propio de una república bananera que de un país democrático como España, a punto de asistir al 45 cumpleaños de la Constitución.

Negociar con quienes han intentado destruir España

Porque una cosa es utilizar el diálogo para lograr que el interés general de España prevalezca frente a los intereses partidistas -el que dio lugar a los Pactos de la Moncloa o a la propia Constitución- y otra muy distinta, invocar ese diálogo para mantenerse en el poder a toda costa, que es lo que pretende Sánchez enviando a sus más fieles a negociar con quienes han intentado destruir España y la desprestigian siempre que pueden en todos los foros internacionales.

El independentismo más corrupto -no podemos olvidar que hablamos de un partido, Junts, que incluso cambió de nombre para intentar escapar de la Fiscalía Anticorrupción por la sucesión de causas abiertas contra sus dirigentes por casos como el del 3 por ciento- se ha convertido ahora en el gran aliado del PSOE para que Pedro Sánchez pueda retornar a la Moncloa otros cuatro años más.

Cualquier precio le parece bueno porque no será él quien lo pague, sino nosotros

Afirma Sánchez que la concordia y el interés general de España son los fundamentos en los que se basa para estos acuerdos. Miente. Lo único que hay tras estas negociaciones con ERC y Junts es su propia ambición, la de mantenerse otros cuatro años en la Moncloa. Cualquier precio le parece bueno porque no será él quien lo pague, sino nosotros. La quita infame, que va a suponer condonar 15.000 millones de euros de la deuda contraída por el Gobierno de Cataluña con el Estado (con todos nosotros) saldrá de nuestro bolsillo y de los sacrificios realizados en los momentos más duros de la crisis de 2008. Todo lo que parecía imposible o ilegal al propio PSOE -por ejemplo, la transferencia de las cercanías ferroviarias- ahora no solo es posible, sino que ya ha sido consagrado en su lamentable acuerdo con Esquerra, al igual que otras concesiones al insaciable independentismo catalán cuyas consecuencias futuras son imprevisibles.

España se merece un presidente mejor

España se merece un presidente mejor. Un presidente que acepte que el poder no puede estar por encima de la verdad y de la dignidad. Un presidente que no sea Pedro Sánchez.

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