El entierro de una época

Publicado: 29 abr 2025 - 09:30

Opinión en La Región.
Opinión en La Región. | La Región

Cuando la losa de mármol de Liguria selló la tumba del papa Francisco, en el suelo de la Basílica de Santa María la Mayor, se ponía fin a una época en la vida de la Iglesia católica. Cuando abandonaban Roma todos los líderes políticos mundiales que asistieron las exequias, con la mayoría de los cuales tuvo trato personal, en unos casos por cuestiones protocolarias y en otras porque protagonizó una intensa vida de relaciones internacionales intentando mediar, con distinto éxito, en algunos de los conflictos que se han desarrollado durante su pontificado, la Iglesia entraba en un periodo de reflexión para elegir a quién será el sucesor del papa fallecido en la cátedra de San Pedro.

Como hemos comentado en estas mismas líneas, los cardenales electores se debaten entre continuidad, que en este caso es mantener y profundizar en la reformas iniciada por el papa Francisco, también con distinto éxito y que han consistido más en plantear las cuestiones que en darle solución, como en el caso de la comunión de los divorciados, la homosexualidad y el papel de la mujer, o abrir una etapa de cambio que en este caso es volver a la ortodoxia, aparcar cualquier debate sobre el celibato de los sacerdotes o la ordenación de las mujeres y a que el papa se dedique al trabajo doctrinal y la teología vuelva a ocupar un lugar central en las reflexiones del sumo pontífice.

Como en otras ocasiones no hay un candidato claro y es preciso tener en cuenta la máxima vaticana de que en estos cónclaves “quien entra papa sale cardenal”

Las congregaciones generales que se han celebrado y que celebran los cardenales antes del cónclave, se han convertido en unas reuniones que se asemejan mucho a campañas electorales para la forja de alianzas y búsqueda de apoyos entre los candidatos de los sectores más abiertos a profundizar en las reformas acometidas por Francisco y los más conservadores. Como en otras ocasiones no hay un candidato claro y es preciso tener en cuenta la máxima vaticana de que en estos cónclaves “quien entra papa sale cardenal” y es un precepto que quizá pueda adjudicarse a algunos de los nombres que se han puesto sobre la mesa con más posibilidades de concitar el apoyo del 66% de los cardenales electores, y a los que se pueden aplicar conceptos de geopolítica general y de la evolución de la sociedades occidentales hacia el progreso de los partidos de ultraderecha al calor del problema migratorio, precisamente uno en los que más incidió el papa Francisco en su apoyo a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

Y no menos importante es la presión que ejercerán quienes están ligados a los movimientos religiosos de implantación en todos los países que fueron relegados por la actividad pastoral del papa Francisco, como el Opus Dei que vio disminuido su poder en la Iglesia y la Curia, los Legionarios de Cristo que penan por los delitos morales y penales de quien fue su fundador, o el Camino Neocatecumenal, los Kikos, a quienes les interesa sobre todo una determinada lectura del mensaje evangélico, que confronta con la que hacía el papa Francisco.

Contenido patrocinado

stats