El fiscal imputado

El Tribunal Supremo ha confirmado el proceso del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz por un “delito de revelación de secretos” relacionado con Alberto González Amador, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid además se da la circunstancia que va a ser el primer fiscal general que “se siente en el banquillo en la historia de la institución”.

Incidiendo en el procesamiento se considera que hay “indicios suficientes para ese delito por revelación de secretos”, y además se entiende que el fiscal general “ha sido quien filtró a la Cadena Ser un correo del abogado de González Amador” quien admitía que su cliente “había cometido dos delitos contra la hacienda pública”. Dicho juicio contra el fiscal general está previsto que se celebre en los próximos meses, sin embargo antes habrá que esperar si Alberto García Ortiz o se sienta en el banquillo como tal fiscal general o por el contrario, presenta antes su dimisión. La cosa es que el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal prevé la “retirada de empleo y sueldo a un fiscal cuando sea acusado de procesamiento”, no obstante, como está fuera de la carrera fiscal no se le puede aplicar dicho Estatuto.

Solo hay que repasar la actualidad para comprobar la cantidad de dimes y diretes que protagoniza nuestro inefable Pedro.

Por supuesto, faltaría más, el mayor defensor del fiscal general del Estado, nuestro Pedro Sánchez ha defendido una vez más hasta la saciedad la actuación Álvaro García Ortiz en su condición de imputado y afirmando que “cuenta con el aval del Gobierno de España” y ha destacado que “el Consejo de Ministros ha manifestado la posición. Nosotros respaldamos la acción del fiscal, creemos en su inocencia”. A bombo y platillo. Pero aún más, el jefe del ejecutivo afirma que “hay mucho trabajo por delante, mucha legislatura por delante, y todos y cada uno de los ministros y ministras del Gobierno de coalición progresista cuentan con mi reconocimiento, con mi respeto y con mi respaldo”. Y claro, todavía más “la respuesta es que no va a haber crisis de Gobierno”. Más que nada por si hay todavía alguien que aún lo pone en duda.

Claro que después de estos avatares sobre el fiscal general, Pedro Sánchez ya no vuelve a hacer la pregunta que hizo en diciembre pasado, “¿Quién va a pedir perdón al fiscal general del Estado, quién lo va a hacer?”. La verdad que la famosa pregunta pasó a la historia porque, una vez más, el jefe del ejecutivo vuelve a brillar a plenitud. En cualquier caso, la hemeroteca ha vuelto a gastar una mala pasada al presidente quien, por otra parte, desde hace bastantes años interpreta “Donde dije digo, digo Diego” que es un refrán español que se utiliza para expresar que alguien se ha retractado de lo que dijo previamente, o que ha cambiado de opinión o actitud. Porque la verdad, solo hay que repasar la actualidad para comprobar la cantidad de dimes y diretes que protagoniza nuestro inefable Pedro.

En cualquier caso, el Tribunal Supremo ha echado por tierra lo que consideraba que era última bala que le quedaba para que García Ortiz pudiera evitar el juicio y así poder actuar contra su procesamiento.