La Región
TRIBUNA
O nadal sempre serás ti, “abueli”
Hace tan solo seis días se cumplía un año del partido de las cuatro prórrogas. En la noche de Reyes de 2024, los Magos de Oriente adelantaron su de viaje para llevar al Wizink un espectacular Real Madrid-Anadolu Efes que batió todos los récords. El 130-126 supuso la anotación más abultada de la Euroliga alcanzando los 256 tantos. También fue el partido más largo de la máxima competición europea, con cuatro prórrogas y 60 minutos. Sin embargo, no fue el más largo del continente. El Alba Berlín – Bosnia Sarajevo de la ULEB de 2007 llegó hasta las cinco prórrogas y también acabó con más puntos, 268, tras un sorprendente 141-127.
Otro 6 de enero, pero de 1951, se produjo, al otro lado del charco, el partido más largo de la historia. Fue en el seno de la NBA donde los Indianapolis Olympians y los Rochester Royals dilataron su enfrentamiento hasta las seis prórrogas, sumando 78 minutos de juego. La sorpresa es mayúscula cuando descubrimos que el récord no vino acompañado de una jugosa cuantía de puntos, sino todo lo contrario. Un pírrico 73-75 que es difícil de explicar si no fuera porque hasta 1954 no se estableció el reloj de posesión. Los equipos especulaban con el tiempo de sus jugadas hasta el último suspiro.
Dos de esas prórrogas terminaron 0-0 y en una de ellas los equipos ni siquiera tiraron a canasta. La máxima expresión de este misérrimo espectáculo, en el que los aficionados abandonaban el estadio antes del final de los partidos, fue el Fort Wayne Pistons – Minneapolis Lakers de 1950 que acabó con un vergonzoso 19-18. La primera gran estrella de la NBA fue el pívot de aquellos Lakers, George Milkan, que con sus 2,08 dominaba los aros en los primeros años de una competición en la que sumó cinco títulos. Los Pistons creyeron haber encontrado la fórmula para detenerlo eternizando sus posesiones cuando el marcador era favorable. El propio Milkan definió aquella táctica como el “antibaloncesto” y la liga reaccionó.
No ha sido el único icono del baloncesto que provocó un cambio en las reglas. Si observamos la lista de las mejores anotaciones de la historia de la NBA, Wilt Chamberlein comparece 32 veces, desde los 60 puntos hasta los 100, que sigue siendo un récord imbatible. Los consiguió en 1962 en un partido ante los Knicks en el que llegó a decir que “si no hubiese salido la noche anterior, habría conseguido 140 puntos”. Su dominio en la pintura era tal, que la NBA amplió la zona para alejar a Chamberlain del aro.
La NBA tiende al show. Y cada año busca superarse. Es difícil que se puedan incrementar los 370 puntos del Detroit Pistons-Denver Nuggets (186-184) de 1983 con el mítico Isiah Thomas como máximo anotador, pero, en aquel encuentro, se alcanzaron tres prórrogas y hoy son muchos los partidos que se mueven en la horquilla entre los 250 y los 300 puntos, como el Grizzlies-Raptors del pasado 27 de diciembre (155-126) y sin prórrogas. Sin ir más lejos, en el último All Star se batió el récord de puntos totales (397) y anotados por una conferencia (211).
Dicen que el verdadero baloncesto, no empieza hasta los play off. Puede que sea verdad. Antes de los cruces por el título abundan los experimentos donde lo asombroso no ocurre, sino que se fuerza a que ocurra.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
La Región
TRIBUNA
O nadal sempre serás ti, “abueli”
La Región
Navidad con acento femenino: Ourense pelea en primera línea
Carlos Risco
LA CIUDAD QUE TODAVÍA ESTÁ
La puerta que fue bodega en la calle Hernán Cortés
TAL DÍA COMO HOY
Curiosidades de “Cuento de Navidad”
Lo último
ACCIDENTE DE TRÁFICO
Una colisión contra un garaje y una farola en Nochebuena deja un muerto en Rianxo
SOLIDARIDAD
Una llamada para no estar solos en Navidad