La historia nos guía hacia el futuro

Tituamos esta cita del director de cine Spike Lee porque sus New York Knicks, considerado el club más valioso de la NBA, flamante finalista de su Conferencia, la Este, tras 25 años de continuadas decepciones, parecen haber entendido que el éxito no solo y no siempre depende del dinero, más bien de la forma de hacer las cosas.

El “sentidiño” que ha tenido el Cartagena es la que le ha faltado al Obradoiro

Y es que construir un gran equipo lleva su tiempo, pero destruirlo puede ser rápido. “Sentidiño”, que decía un ex-político ourensano. El que tuvo Jordi Juste, técnico del sorpresivo Cartagena, capaz de conjugar calidad-precio-resultados de manera excelente, hasta el punto de llevar hasta el límite de la eliminatoria a todo un Betis.

El que no han tenido esta temporada los responsables del Obradoiro, que seguirá una campaña más con nosotros al caer ante un metódico Palencia bajo la guía de “Míster ascensos”, Alec Martín Witering, y por su camino va Cameron Krutwig. Lástima de la lesión del currante Leslie Nkereuwem, que seguro pesará lo suyo en una Final Four a la que solo le falta un nombre por inscribir, pero siempre imprevisible.

Y llegados a este punto, aquí una pregunta: ¿De qué sirve esforzarse en gestos individuales que van a tener un efecto insignificante en el transcurrir de las cosas?

Por otra parte, en toda fiesta siempre hay quien se cuela, en este caso sería un Tizona Burgos, en línea descendente desde hace ya meses, que se queda fuera por la vía más rápida (3-0) ante un esforzado Fuenlabrada, capaz de superar todo tipo de incumplimientos de su directiva.

Y por último, la zona Jason Granger -lo que que es “zona Cesarini” en el fútbol- se llevó por delante (3-0) a un Gipuzkoa cuyo mérito es haber llegado hasta ahí. El Estudiantes lo intentará una vez más.