Eduardo Medrano
TAL DÍA COMO HOY
Camino de Santiago
La maldad existe y debemos ser conscientes de que determinadas acciones que quizás en algún momento o no se daban o no entrañaban peligro, a día de hoy pueden implicar un riesgo importante. La idea de mal o maldad se asocia a los accidentes naturales o comportamientos humanos que se consideran perjudiciales, destructivos o inmorales y son fuente de sufrimiento moral o físico. Maldad implica acciones malas o injustas. Daño y dolor.
Algo tan simple hoy en día como quedar con gente que contactamos en la web puede suponer un grave riesgo, pero el peligro va más allá de las redes sociales y los chats; en todas las facetas de la vida cotidiana nos encontramos con gente mala, perversa, violenta... Incluso en el ámbito familiar.
La prudencia y un temor bien entendido deben acompañar nuestras decisiones. Los niños y niñas están expuestos a múltiples peligros y debemos educarles en ello para que en un presente o futuro estén atentos a todo lo que pueda suceder en su entorno. No se trata de asustarles sino de formarles en valores y civismo y hacerles conscientes de que el mal existe y puede acechar en cualquier momento vestido para la oportunidad, furioso o con una enorme y fingida sonrisa.
Vivimos en un mundo donde la maldad y la violencia están en todas partes. Física o síquica. Agresividad o violencia en forma de hurtos, falsedad, robos, asaltos, maltrato, cíber-violencia, violaciones en el ámbito de lo personal o de la propiedad privada… Lo vemos en la prensa, la televisión, las redes sociales, los videojuegos superventas entre los niños y jóvenes, en la forma de expresarnos en el día a día y en lo que nos transmiten en las emisoras de radio y leemos y vemos a través de Internet.
Hemos terminado el año 2019 con un repunte en violencia de género. Triste realidad. 55 mujeres perdieron la vida a manos de sus parejas o exparejas y 46 niños y niñas quedaron huérfanos. Al inicio del 2020 debemos ser conscientes de la situación social que vivimos y de la importancia de cambiar el rumbo que llevamos pero también debemos ser conscientes de la necesidad de protegernos y cuidar a quienes queremos y a nosotros mismos esencialmente. Ser precavidos, prudentes y no ignorar a los que solo esperan la oportunidad para hacernos daño.
La violencia y sus fatales consecuencias es tema que nos afecta a todos, no solo a las mujeres. Hablamos de seguridad. Ponemos antivirus en nuestros ordenadores aunque mucha gente olvida el control parental para sus hijos... Debemos proteger nuestra privacidad, nuestra libertad y nuestra seguridad.
¿Que a dónde voy con esta argumentación? Con esta introducción solo pretendo recordar a todas aquellas personas -sean mujeres u hombres- que abanderan su derecho a hacer lo que les venga en gana sin invadir el espacio ajeno, a quienes exigen su derecho salir por donde quieran, a donde quieran y a la hora que les venga en gana, que en los tiempos que corren es poco sensato caminar sola o solo a las cuatro de la madrugada, que es arriesgado salir y beber hasta perder el control y marcharse para casa a las tantas o que salir a correr solos por zonas solitarias puede suponer un riesgo para su integridad porque los ladrones, los delincuentes en general, los violadores o los criminales, siempre esperan como viles depredadores, víctimas solitarias con escasa capacidad de defensa. Es sorprendente que a estas alturas aún haya quien ignora esta realidad.
Tenemos casos a la vista que demuestran la situación de inseguridad que vivimos. Creo que debemos autoprotegernos. Es obvio que es nuestro derecho salir cuando y a donde queramos pero insisto en que en este mundo plagado de violencia -en el que depredadores sexuales campan a sus anchas y los ladrones y delincuentes en general suelen entrar por una puerta de las comisarías y salir por la otra listos para hacer otra fechoría-, evitar ponernos en peligro debe ser una premisa fundamental.
No se trata de que cunda el pánico y que nos encerremos en casa pero creo que, aparte del endurecimiento de penas por delitos de violencia -ya sea contra mujeres u hombres-, deberíamos tener más pautas de seguridad como usar transporte para desplazarnos evitando caminar solos por la calle por la noche a horas en las que no hay gente, salir a correr en grupo o no meternos por callejones o calles poco frecuentadas entre otras cosas. Los violentos, que son muchos, están observando y nosotros debemos observarlos y evitarlos o protegernos de forma eficiente además de denunciar a la primera señal de violencia.
No olviden que quien hace daño una vez y no encuentra respuesta o castigo, continuará actuando del mismo modo o peor. Que 2020 nos traiga mejores noticias.
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