Luis Vázquez, el campeón de billar

TRIBUNA

Publicado: 20 jul 2025 - 02:40

Barutel rival de Luis Vázquez. Foto de 1902 de Caras y Caretas.
Barutel rival de Luis Vázquez. Foto de 1902 de Caras y Caretas.

El corresponsal, en Nueva York, de la revista La Lucha, editada en la Habana, tuvo que desdecirse. El jugador que excitaba el entusiasmo de los aficionados, en EEUU no había nacido en Barcelona sino en Ourense. ¿Insólito…?; no. ¿Sorprendente…?; quizás. Lo cierto es que los profesionales de aquel sport en Chicago reconocían que, desplegando semejante juego, no tenía rival. Luego, rápidamente, El Eco de Orense, difunde la noticia. Afirmaba que el semanario The Carom -La Carambola- publicado en la ciudad del Estado de Illinois, describía las biografías de una pléyade de virtuosos del billar. Entre los jugadores más laureados figuraba el ourensano.

Luis Vázquez Rodríguez había nacido, en diciembre de 1862, en la ciudad de las Burgas, en el seno de una familia acomodada. Los padres se habían involucrado activamente en la educación formal tanto de él como de sus hermanos, Manuel y Modesto. Así, a los 15 años se graduaba en bachiller. Pero, desoyendo los consejos de sus progenitores, eligió vivir del juego del billar. Y a los 33 años, todavía soltero, ya era uno de los maestros de fama mundial al que el taco le había producido ganancias superiores, a las que, a un cirujano, le hubiese producido el bisturí.

El local de Salvador Roa, en la calle de Carretas, en la capital de España, se convirtió, para él, en el espacio propicio en donde medir fuerzas contra campeones nacionales y extranjeros. El industrial madrileño, en 1894, había aprovechado la afición al arte de la carambola, para montar en Madrid, una Academia a la altura de las de París. En ella, había 16 mesas en las que podían jugar, al mismo tiempo, 64 personas. Era un auténtico teatro con butacas para que 120 espectadores, asistiesen atónitos a los retos que se lanzaban entre jugadores. Fue tal la expectación que causaron algunas partidas que el semanario La Ilustración Nacional decidió abrir una sección para dar cuenta solo de lo que allí sucedía. En múltiples ocasiones, en la sala central, en el último lustro del siglo XIX, antes de comenzar el periplo Atlántico, el campeón español, Luis Vázquez compitió contra los billaristas más mediáticos del circuito - Vignaux, Ferdinad o Barutel-.

Francia, sin ninguna duda, era uno de los países del mundo con mayor número de aficionados. En 1812, en París, ya había 550 billares públicos, y, casi un siglo después, se multiplicaban por diez -5000-. Mismo, se publicaba una revista -Le Billard Français-, monotemática sobre este juego. Claramente, tenía tradición secular. El propio Luis XIV, desde Versalles, presumía de jugar al billar mucho mejor que cualquiera de los súbditos. Y cuenta la leyenda que al enterarse de que había un jugador al que aún nadie había vencido, lo mandó llamar a la Corte para desafiarlo. Luego, en pago a sus deseos, lo nombró ministro de guerra. Al morir, se dice que se dejaba oír por París una canción que rezaba: “Aquí yace el célebre Chamillard, protonotario de su rey, que era un héroe en el billar, un cero en el ministerio”.

Recreo en el Convento. El Album iberoamericano nº 19.
Recreo en el Convento. El Album iberoamericano nº 19.
Una partida de billar, cuadro de René Binet.
Una partida de billar, cuadro de René Binet.

En 1899, el ourensano vio en el certamen de billar que se celebraba en Chicago una oportunidad para gozar de nombradía universal. Estaba en lo cierto. Cuando la revista The Carom recogía la lista con la biografía de los mejores jugadores de un deporte que dominaban los franceses y los norteamericanos, entre ellos, aparecía el carambolista auriense. La noticia saltó a los diarios del resto del mundo. “Soy el campeón de España -decía -, juego como el mejor y lo probaré”. La revista americana realzaba su figura y “de no haber sido por las recientes contiendas -señalaba el corresponsal- entre nuestra nación y España -herida en el orgullo por la pérdida de las últimas colonias- seguramente el señor Vázquez se encontraría hace tiempo entre nosotros, haciendo gala de sus extraordinarias facultades”. De forma simultánea, el diario La Lucha, recogía las opiniones de los contrincantes que pensaban que de seguir jugando como lo estaba haciendo, no tendría rival. Había hecho 800 carambolas, “como quien se bebía un vaso de agua”.

Tras la aventura norteamericana -por EEUU y México-, su presencia suscitó aún mayor interés en las salas del billar de París, Londres o Nueva York. En 1902, vuelve a La Habana. Allí, en la gran isla caribeña, Louis Barutel, campeón francés, lo desafía. El reto consistía en jugar una partida de 3000 carambolas en dos sesiones. La apuesta ascendía a 2000 francos. Cada jugador, había ganado una de las dos sesiones del match. Pese a todo era el galo se adjudicaba el triunfo, debido a que había hecho la serie mayor. Unos meses más tarde en el Centro Asturiano Jai-Alai participaba en otro reto. Los diarios alababan su juego. “Las bolas le obedecían -decía Diario de la Marina- como obedecemos los bien mandados mortales… Hizo jugadas de precisión notabilísimas que fueron aplaudidas con entusiasmo. Es un campeón que tiene tres bemoles y un sostenido”.

Barutel rival de Luis Vázquez. Foto de 1902 de Caras y Caretas.
Barutel rival de Luis Vázquez. Foto de 1902 de Caras y Caretas.

La cuestión de si el billar era o no un deporte, resultaba, pues, ya a estas alturas, una impertinencia. Recién estrenado el nuevo siglo, en muchos países, era un auténtico sport à la mode al que jugaban, incluso, mujeres o también monjes .... No solo permitía pasar un rato agradable, sino que, además, constituía un ejercicio saludable. Y, si bien en España, todavía hay que esperar a 1926 para que la Asociación Española de billar canalice este sport, lo cierto es que, un cuarto de siglo antes, en este deporte, el país ya había tenido un gran campeón; no barcelonés sino ourensano.

Academia de billar. Foto de 1906. Posición para jugar un retroceso.
Academia de billar. Foto de 1906. Posición para jugar un retroceso.

Contenido patrocinado

stats