Itxu Díaz
CRÓNICAS DE OTOÑO
Hay que ir sacando la ropa de fiesta
Vivimos un tiempo de ilusiones performativas y, en el mejor de los casos, medias verdades. Para bien o para mal, apenas nada es lo que parece en el mundo presente y puede que precisamente en el apogeo de la sociedad conectada y el advenimiento de la inteligencia artificial, sea especialmente pertinente ensalzar la luminosidad del conocimiento y la curiosidad como antídotos necesarios contra el engaño y la oscuridad.
Nuccio Ordine nos explicaba con su maravilloso libro (y manifiesto) La utilidad de lo inútil cuan necesario es hoy combatir las tendencias que apenas consideran útil todo aquello que genera beneficio, dinero. Y hasta que punto es preciso fomentar lo “inútil”: el conocimiento para entender el mundo y el humanismo para hacer de la nuestra una sociedad mejor.
Nada tiene que acabar como parece. En relaciones internacionales se habla de la “teoría de la paz democrática”
Nada es lo que parece. Y frente a lo que mucha gente pueda imaginar, gran parte de las regiones polares reciben más horas de luz a lo largo del año que la mayor parte de las regiones europeas consideradas climáticamente templadas, aquellas situadas más cerca del ecuador. ¿Cómo puede ser esto? Simple: contrarrestando a las semanas de noche polar, entre los meses de abril y septiembre territorios por encima del Círculo Polar Ártico reciben notablemente más horas de luz solar que los territorios mediterráneos.
Apenas nada es lo que asemeja. Y España, el país del constante bum inmobiliario, es también el país de la gente sin casa: frente a la media europea, que ronda los 26 años, la emancipación en el Estado español se sitúa en los 30,3 años y el número de viviendas vacías asciende a los 3,8 millones de casas, el 14% del total. En Argentina, “granero del mundo”, el 25% de la población (más de 12 millones de ciudadanos) pasa hambre diariamente. El último dato oficial disponible, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) situó el índice de pobreza en el 41,7%. El planeta es excedentario en alimentos, sí. Pero 733 millones de seres humanos del mundo, el 13% de la población mundial, pasan hambre mientras el llamado “desperdicio alimentario”, los alimentos que tiramos a la basura, se lleva por delante un tercio de todos los alimentos producidos a nivel global. La sociedad post-covid alberga reservas de vacunas. Pero en un mundo en el que los medicamentos se ensayan en el sur pero curan en el norte, una enfermedad para la que existe profilaxis desde hace décadas como es la malaria, enfermó a más de 249 millones personas y causó 608.000 muertes en este pasado año.
La llegada del invierno y la claridad que regala la luz reflejada en la nieve en la noche polar hace del tiempo más frío un tiempo sorprendentemente luminoso
Nada tiene que acabar como parece. En relaciones internacionales se habla de la “teoría de la paz democrática”. En 2007, Suiza invadió accidentalmente Liechtenstein cuando 170 soldados suizos, perdidos en la tormenta, cruzaron involuntariamente la frontera entre ambos países. ¿Generó esto un conflicto? No, pues el principio de la paz democrática dice que “cuanto más democrático es un país, menos posibilidades hay de que inicie un conflicto con otros”. Contrariamente, Benjamin Netanyahu, comandante en jefe del ejército que, según Unicef, ha asesinado a 18.000 niños y niñas en Gaza ha declarado persona non grata a Antonio Guterres, secretario general de la ONU que es precisamente la principal organización del sistema multilateral para la seguridad y la paz global.
Y uno se pregunta ¿hasta qué punto es soportable, y sobre todo, socialmente sostenible un mundo de casas sin gente, alimentos caducados, medicamentos almacenados y genocidios democráticos?
Nada es lo que parece. Por eso cuando todo parece oscuro, acostumbra a aparecer la claridad. En la Laponia finlandesa, te explican que no es el invierno, sino el otoño el tiempo más oscuro. La llegada del invierno y la claridad que regala la luz reflejada en la nieve en la noche polar hace del tiempo más frío un tiempo sorprendentemente luminoso.
Hay saberes que se hunden en el tiempo. Cualquiera que haya hecho una expedición con frío extremo sabe que la moderna tecnología Gore Tex es importante, pero que nada como la lana natural que se ha empleado siempre para mantener caliente el cuerpo sin romper a sudar. Y cuando todo parece agitado y fuera de control, quizá tengamos que detenernos para aprender cómo enfriar un mundo a punto de explotar.
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