Malos días para el PSOE

En todos los frentes en los que las cosas le pueden ir mal al PSOE le han ido mal en los últimos días, tanto en el frente político como en el judicial como en el parlamentario, después de que Junts haya decidido bloquear la legislatura y no aprobar ninguna de las iniciativas legislativas del Gobierno de coalición hasta que no cumpla su desiderátum. En la Audiencia Nacional el juez del caso Koldo ha decidido aceptar la encomienda de su colega del Supremo para investigar si el asesor del ministro de Transportes y el propio ministro blanquearon dinero de las comisiones que habrían cobrado a través del efectivo que recuperaron en la sede de Ferraz. Además, el juez Peinado sigue presionando a la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, y el ministro Víctor Ángel Torres será llamado de nuevo a declarar en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado tras el último informe de la UCO en la crisis de las mascarillas.

A Junts tampoco le interesa que acabe la legislatura porque sabe lo que se le viene encima con un previsible gobierno de derechas

Si Junts mantiene su amenaza de no permitir la aprobación de los principales proyectos de ley del Gobierno, a Pedro Sánchez solo le quedarían adoptar dos decisiones, convocar elecciones o convocarlas. En su lugar ha repetido un argumento que no hace mella en la dirigencia de los independentistas catalanes, el de tenderles la mano y dialogar, a pesar de que Junts está en otra pantalla que conduce a callejones sin salida, porque sus pretensiones son dificilísimas de cumplir, porque no dependen del Ejecutivo sino del Supremo y la UE, y en las relativas a las inversiones en Cataluña es un salto que no se consigue con la urgencia de los conservadores independentistas. Al margen de que el PP haya vuelto a pedir elecciones anticipadas, lo que lleva haciendo desde junio de 2023, a Junts tampoco le interesa que acabe la legislatura porque sabe lo que se le viene encima con un previsible gobierno de derechas, de ahí que no quiera hablar de una moción de censura. Esperar y bloquear es su decisión. Ni come ni deja comer. Ni gobierna ni deja gobernar, pero el Gobierno se resiste a la evidencia, a la espera de que ya que no va a contar con Presupuestos la Comisión Europea no retire fondos de recuperación pendientes.

Cuando el magistrado del Supremo, Leopoldo Puente envió a la Audiencia Nacional la posibilidad de que Koldo y Ábalos blanquearan dinero con cobros en efectivo estaban puestas las bases para lo que ha ocurrido, que el juez Ismael Moreno haya decidido abrir un nuevo proceso investigador contra el PSOE. Nada apunta, por el momento a que el PSOE se haya financiado ilegalmente, aunque haya sido un desastre administrativo, pero eso no es delito. La cuestión es la prisa que se dé el juez, si estira la cuerda del sumario o la acorta y saca una conclusión rápidamente.

El juez Juan Carlos Peinado sigue su cruzada contra Begoña Gómez. Está imparable, busca enviarla a juicio oral con jurado de una forma u otra pese a la debilidad de las pruebas obtenidas hasta ahora, pero no ceja en el empeño. Y ética y estética se vuelven a enfrentar en el caso de Víctor Ángel Torres, en su época de presidente canario y la compra de mascarillas por la camarilla de Koldo. El informe de la UCO sobre su gestión le exculpa de delito, pero no de haber demostrado un excesivo interés en que la empresa de Víctor de Aldama cobrara, y se llevara la comisión. En el Senado lo tendrá que explicar en su cuarta comparecencia. Y el PP tras el fracaso en su interrogatorio a Sánchez está dispuesto a volver a convocarle y ver si a la segunda va la vencida y le envía al Supremo.