Arturo Maneiro
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La Justicia francesa da dado un golpe en el tablero político del país galo. Ha considerado que Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, hoy Reagrupamiento Nacional, es culpable de malversación. Se daba por seguro que iba a ser esa la sentencia, pero la dirigente que hoy concentra el mayor número de votos, siempre consideró que era víctima de una operación para apartarla de la político. La sentencia, que va a ser recurrida, incluye su inhabilitación para ocupar cargo público o ser electa.
De momento, independientemente de lo que ocurra con el recurso, cuando se presente y cuando se pronuncie nuevamente el tribunal, los ojos se posan sobre Jordan Bardella, que no ha cumplido aún 30 años, fue elegido por Le Pen para presidir el partido hasta que se conociera su situación judicial y que a pesar de su juventud ha conseguido ganarse el respeto de RN, se le considera el sucesor indiscutible de Le Pen.
Marine Le Pen asegura que no ha cometido malversación. Se le ha condenado porque, durante los años que fue eurodiputada, tanto ella misma como su grupo parlamentario nombraron asistentes y cargos del partido que pagaba el Parlamento Europeo pero que del 200 haber nombrado asesores, que pagaba el Parlamento Europeo pero trabajaban para el partido.
Marine Le Pen asegura que no ha cometido malversación.
La condena provoca un terremoto político. Marine Le Pen, que se ha presentado a las elecciones presidenciales en tres ocasiones, siempre con gran éxito y por tanto con la posibilidad de convertirse en presidenta de Francia, nunca ganó en la segunda vuelta porque el resto de los partidos se aliaron para pedir el voto a su adversario. De esa manera llegaron al gobierno Hollande y el propio Macron, que deben su presidencia a que era mayor la animadversión a la extrema derecha de Le Pen que a cualquiera de los otros partidos, y la mayoría de los ciudadanos se volcaron con el rival de Le Pen, el que fuera, tanto socialista como centrista, con tal de impedir que Marine Le Pen se convirtiera en jefe de Estado.
La sentencia es un revulsivo para Reagrupamiento Nacional, no solo para Le Pen, pero es impredecible saber en estos momentos el alcance de la decisión judicial. Marine Le Pen es una mujer potente, tiene una gran capacidad de movilización y aunque en el papel es Bardella es líder, la figura indiscutible, la que manda, es Le Pen.
La sentencia es un revulsivo para Reagrupamiento Nacional, no solo para Le Pen, pero es impredecible saber en estos momentos el alcance de la decisión judicial.
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