Mecha en la gasolinera

Publicado: 16 abr 2025 - 00:05

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Una de las prohibiciones más discutidas por la inconsistencia del peligro fue el uso del teléfono móvil en las gasolineras. Nadie se tragaba el riesgo de incendio pero lo conductores acabamos obedeciendo y retrasando unos minutos esa llamada crucial con el móvil en una mano y el surtidor en la otra. No hay casos conocidos, pero te pueden caer entre 100 y 200 euros de multa por incumplir el artículo 115 del Reglamento General de Circulación. España es de los pocos lugares en los que existe una regulación que en dos actualizaciones y tres pantallas quedará desfasada, si no lo está ya.

Tras alborear el domingo, el gasolinero de una de las marcas importantes llenó el depósito mientras repasaba con el hijo el material de la bolsa de deporte para ir a jugar al fútbol. La escena, por curiosa, propició una foto a tiro de espejo con el empleado de espaldas, aunque no salió de la memoria de la cámara. No había intención de complicarle el curro a alguien que sale dispuesto a echarte gasolina para que no te lleves el tufo a petróleo en la mano. Y el partido de fútbol del chaval es una urgencia.

Pero nadie se le acercaba cuando trasegaba el fuel

También podía ser que se hubiese levantado la prohibición y no nos hubiésemos enterado, pero una posterior consulta a la web de la potente petrolera razonaba a favor de la norma: “El hecho de que te pidan apagar el dispositivo cuando estás junto al surtidor tiene una base real. La razón principal es la seguridad. Las baterías de los smartphones, cuando reciben o realizan llamadas, pueden producir pequeñas chispas. Aunque son imperceptibles para nosotros y las posibilidades de que se produzca un accidente son mínimas, estas chispas podrían encender los vapores de gasolina”.

Y tan remotas, según un veterano gasolinero de pueblo que se asomaba al tanque con un pitillo en los labios asegurando que era imposible que prendiese aunque dejase caer la colilla. Pero nadie se le acercaba cuando trasegaba el fuel. El lunes, en una estación de servicio de bajo coste a la salida de A Coruña había dos empleados esperando al lado del surtidor para despachar a los currantes con prisa de tajo. “No hace falta que baje del coche”, explicó el operario al aproximarse a la ventanilla. Momento Fernando Alonso en boxes. Al terminar de repostar pasó el datáfono. Y mecha.

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