Plácido Blanco Bembibre
HISTORIAS INCREÍBLES
Navidad o la fragilidad de Dios
Siguiendo en este domingo con el mensaje papal para esta cuaresma podemos observar la actualidad de las palabras del papa. Sin duda reflejan el sentido que el cristianismo debe tener para este mundo. Hemos escuchado en este año tan trágico, voces de todas partes que nos recuerdan que debemos cuidarnos para cuidar a los demás. Para los creyentes esta actitud va más allá que la filantropía. Es, la caridad, el santo y seña a seguir por todos los bautizados.
Recuerda el papa Francisco: “Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica. Dios les otorga su primera misericordia”. Así vemos que el Evangelio posee un mensaje que llega a cada persona concreta. El papa nos habla de la fidelidad al Evangelio para no correr en vano en el camino de la misericordia (EG nn.193-196). Éste contiene un signo inequívoco de comprobación y contraste: el amor fraterno, traducido en obras, verifica la verdad del amor a Dios y la autenticidad de la comunión en la fe de los cristianos. El otro hermano en la fe es un espejo que refleja lo que hay en nuestro corazón. La Iglesia es comunión en la fe y el amor; y el amor se comprueba de modo concreto y visible con la caridad.
Afirma que para la Iglesia: “jLa caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su esencia”. En efecto, la Iglesia reclama de sus miembros vivir “la entrañable misericordia de generación en generación”. Para ello es preciso revestirse de sus entrañas de misericordia. El Concilio Vaticano II, lo recordó de forma luminosa: “La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, sólo pretende una cosa: el advenimiento del reino de Dios y la salvación de toda la humanidad”.
Todo el bien que los creyentes pueden dar a la familia humana deriva del hecho de que la Iglesia es "sacramento universal de salvación, que manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios. Como nos recuerda el papa Francisco: “Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica. Dios les otorga su primera misericordia”.
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