Sin perdón, carta abierta a Claudia Sheinbaum Pardo

Publicado: 03 nov 2025 - 00:10

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Señora presidenta de México, me adhiero a la postura de la corona española con relación a su demanda de disculpas, y reniego del Ministro de Asuntos Exteriores de España, con la afirmación de que solo representa a una parte del pueblo español. Podría decirse que al Sr. Albares le afectó la venganza de Moctezuma, sin dejar claro si a nivel intestinal o cerebral.

Por mi parte, le traslado el sentir de una gran mayoría de españoles y bastantes mexicanos que tengo la fortuna de conocer de que, antes de exigir al rey de España una satisfacción, revise la historia de su país para comprender la gesta de Hernán Cortés, quien, con apenas 500 hombres y 16 caballos, fue capaz de enfrentarse a 200.000 guerreros indígenas en la batalla de Otumba, para acabar sometiendo el imperio mexica. Debería usted empezar por reclamar un desquite a los descendientes de los pueblos tlaxcaltecas, totonacas, cholutecas, chinantecos y zapotecas, que fueron quienes facilitaron la labor a Cortés.

Mientras los aztecas se dedicaban a ejecuciones sumarias rituales de millares de habitantes de pueblos sometidos, arrancándoles el corazón en caliente, despellejándolos en vivo y decapitándolos, los españoles llevaron al Virreinato de Nueva España -así denominado el imperio mexicano- una lengua, una cultura y una civilización.

De la Corona de Castilla emana la Real Provisión del 20 de julio de 1500, que consideró a los indígenas como vasallos libres, por lo que se buscó darles derechos iguales a los de Castilla y asegurar los derechos de sucesión de sus descendientes, fomentando una política de matrimonios mixtos, de modo que todos los nacidos en el imperio de la Monarquía Hispana, hasta sus respectivas declaraciones de independencia, fueron inscritos en el Registro como españoles por derecho propio.

Agradezca que pueda entenderse con tanta facilidad con España y el resto de Hispanoamérica, gracias a que su lengua materna sea ese español del que tanto reniega, y gozar del legado del conocimiento de estrategia política que le permite señalar hacia afuera para distraer la atención de sus problemas internos;

En 1524, Hernán Cortés fundó el Hospital de la Purísima Concepción, hoy de Jesús, el primero en edificarse en América y en México, con el objetivo de atender tanto a españoles como a indígenas. Desde su llegada hasta la Independencia, los españoles construyeron más de 100 hospitales y cientos de ciudades en el Virreinato de Nueva España.

Sin entrar a discutir que los habitantes del Nuevo Mundo tuvieran sus lenguas y su cultura, solo entre 1492 y 1650, España construyó en México tres universidades a las que podían asistir todos los habitantes del imperio, mientras las Órdenes Mendicantes abrían cinco colegios cuya educación estaba principalmente dirigida a indígenas nobles, mestizos y otros niños cuya educación era sostenida por el gobierno, impartiendo enseñanza de bellas artes, filosofía, gramática latina, doctrina, retórica, música, medicina, artes y oficios, e incluso vocabulario indígena, como es el de San Juan de Letrán, fundado como colegio para mestizos. Para evitar la pérdida de identidad, los españoles recopilaron diccionarios de lenguas indígenas de América como el náhuatl, quechua, guaraní y maya, creando vocabularios para el otomí y aimará.

Antes de requerir ningún perdón, medite acerca de su segundo apellido español. Para continuar, agradezca que pueda entenderse con tanta facilidad con España y el resto de Hispanoamérica, gracias a que su lengua materna sea ese español del que tanto reniega, y gozar del legado del conocimiento de estrategia política que le permite señalar hacia afuera para distraer la atención de sus problemas internos; como simple muestra, que en Ciudad de México 29.000 viviendas carezcan de acceso al agua, mientras otras 228.000 solo la tengan a través de una única fuente exterior. Amén de que millones de hogares la reciban con una frecuencia de solo dos o tres veces por semana, evidenciando la falta de suministro constante y diario.

Han tenido más de 200 años desde su Declaración de Independencia en los que, en lugar de arreglar sus problemas, han señalado invariablemente a España. Reclamar disculpas a Felipe VI es tan estúpido como si el rey se las demandase al presidente de la República Italiana por la ocupación de Hispania por el Imperio Romano. Señora Sheinbaum, es inviable disociar la herencia cultural del proceso implacable de la conquista. La historia, lejos de culpas, requiere entendimiento entre dos civilizaciones que colisionaron y se fusionaron.

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