Piel Vetusta y sangre Pantone 286

Publicado: 23 jun 2025 - 03:55

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El PC Fútbol 7 incluía una carpeta con los mejores goles de la Liga 97/98 que veía una y otra vez cuando me dejaba arrobar por todo lo que fuese balompié. El Tito Pompei aparecía de los primeros, con un tanto de bandera que me sé de memoria. Pase bombeado de Onopko, control de pecho del argentino y zurdazo inapelable de 30 metros.

Dely Valdés, Abel Xabier, Iván Ania o Paulo Bento completaban un Oviedo que asustaba en el Tartiere. Sus predecesores ya escribían la semblanza azulona en letras capitales. Fueron los Bango, Carlos, Sañudo, Jerkan, Lacatus, Dubovsky, Jokanovic, Oli y, mucho antes, aquella Delantera Eléctrica comandada por un Lángara al que solo pudo frenar la Guerra Civil. Esteban, Losada, Paunovic o Boris fueron los últimos que vivieron la máxima categoría. Luis Aragonés les dedicó uno de sus mayores adagios -“Siempre que llueve, escampa”- en el último día del Oviedo en la élite, hace ya 24 interminables años.

Si la nigromancia hubiese examiando aquellos trozos reconstruidos del cuerpo de Cazorla, habría vaticinado el ascenso

Para conseguirlo era necesario un héroe diferente, nacido del barro de la desolación y la angustia de haber mirado a los ojos de la muerte. Santi Cazorla conoce los infiernos. Tres bacterias devoraron 8 centímetros de su tendón de Aquiles en una lesión aterradora. Vivió un tormento de 668 días y 11 operaciones sin saber si podría volver a caminar. En el milagro de su resurrección supo que era el elegido para desencallar el barco del Oviedo del inframundo, porque él ya conocía el camino. Regresó a casa 20 años después, como un corsario viejo que ya no se mueve por el dinero, con piel de su brazo en el tobillo y de su muslo en el brazo, con la cabeza atiborrada de canas y con un último abordaje pendiente. El río Estigia que no le confirió la inmortalidad a Aquiles en su talón, fue el que Cazorla cruzó con su ejército de mirmidones, asegurándose de que todos se bañaran en las aguas mágicas para permanecer en la eternidad de los que devolvieron al Oviedo al reino de los vivos.

Si la nigromancia hubiese examiando aquellos trozos reconstruidos del cuerpo de Cazorla, habría vaticinado el ascenso. El regreso del club carbayón adonde le corresponde estaba grabado en la piel Vetusta y la sangre Pantone 286 de un héroe irrepetible.

@jesusprietodeportes

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