Opinión

Rumbo al más allá

En esas oportunidades que da la vida para ser peregrino el ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos, lleva bordón, calabaza y vieira. Todos los símbolos para pedir desde Galicia y reclamar el AVE Xacobeo. Los compromisos adquiridos buscan como aliada a la estación ferroviaria que llevó de Gavá a la Moncloa a la ex alcaldesa hoy convertida en ministra. El vicepresidente Rueda dijo este martes en Madrid que es tiempo de que las musas den paso a la obra mientras ofrece la mejor muestra de Marca España con las previsiones de superar en 2022 los cinco millones de turistas del 2019.

El nuevo tren de Ábalos y sus compañeros exministeriales ayudará a entender mejor la remodelación. La Moncloa se había convertido en la calle dedicada a Iván Redondo, el fontanero venido del partido competidor. No es muy frecuente esta comprensión profesional y visto lo visto hasta puede volver a la casa azul con el manual de liquidar al contrincante con información, método y cuentas distintas en las redes para acabar con el oponente. Aplicó el procedimiento pero se le cruzó el 4 de mayo madrileño y la fallida moción de censura en Murcia. Iván Redondo se va con más éxitos  que ningún otro jefe de Gabinete, y todo sin sello de partido, como le había pasado a  Julio Feo con Felipe González, Miguel Ángel Rodríguez con Aznar, Miguel  Barroso con Zapatero o Miguel Elorriaga con Rajoy. Nadie como él dijo públicamente que lo primero que tiene que hacer un asesor es tirarse por el barranco por su presidente. Obviando el golpe del impacto se espera el próximo apeadero para entender si hay reconocimiento o pesan las piezas y cobros del ex comisario Villarejo. Los salientes, que fueron pilares de Pedro Sánchez en época de vacas flacas, se encaminan a mostrar al mundo quien se baja en la mejor estación. El nuevo equipo mira a la segunda mitad de la legislatura. No importan sus nombres pero se quieren pupilos aprendices y que los méritos sean para el presidenciable. Fijarse en la cara no siempre es el reflejo del alma pero esta a veces se pone en el rostro. La ministra Celaá tenía ojos húmedos; Pedro Duque evitó justificar que después de 3 años no ha podido ejecutar el mayor presupuesto con el que ha contado este ministerio, un 60% más que el del año anterior gracias a los fondos de recuperación de la Unión Europea. Una clave más está en la apuesta del presidente Sánchez por el municipalismo y allí se ha metido  para recuperar tres alcaldesas llegadas de Gavá, Gandía y Puertollano y ratificar lo que había dicho en mayo: ¨nuestros pueblos deben ser territorios de esperanza¨.

Nuevo rumbo para dar vueltas a cómo ganar las elecciones. Los elegidos entran con la preocupación por el buen gobierno, lo que no deja de contradecirse con la existencia de un sentimiento de desconfianza y escepticismo respecto a las personas que se hacen responsables del Ejecutivo. Sentimientos enfrentados del denominado cinismo democrático.

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