Rueda calidade

Asistí el pasado veintinueve de septiembre a la presentación en Madrid, en el Espacio Larra, de la nueva campaña de turismo de Galicia. Nueva pero con la esencia del slogan o expresión más exitosa de la historia de nuestra autonomía: “Galicia Calidade”. Con una nutrida representación de gallegos representantes de los sectores productivos más importantes del país, todos comprobamos cómo el alma, las tradiciones, el paisaje y la emoción sembraron de ambición un lugar donde el fenómeno Xacobeo contó con un especial protagonismo. Con la apertura a cargo del ourensano Xosé Manuel Merelles, Director de la Agencia de Turismo de Galicia, fue plato principal una animada conversación a cuatro bandas –un representante de cada provincia- para enaltecer nuestra realidad y dar una imagen cosmopolita que tanto aporta. Por Ourense la máxima ejecutiva de Adolfo Domínguez, icono de la moda española, Adriana. Su invocación al mundo rural, sus raíces y, sobre todo, presumir de estar en el territorio europeo con mayor número de monasterios por kilómetro cuadrado, definieron una apuesta patrimonial que invita al viaje con el relax como meta mientras siglos de historia nos envuelven. Y se trata de viajar. Recordemos a Lao Tsé: “Un viaje de mil millas empieza con un paso”.

Un escaparate como el que constituye la actividad de la Casa de Galicia en Madrid, una embajada de la tierra de Rosalía y Curros en la madrileña calle de Casado del Alisal

Nada que objetar a lo dicho por el televisivo meteorólogo Martín Barreiro –lucense-, la pontevedresa actriz María Castro o el supercampeón de triatlón coruñés Gómez Noya. Todo motivos para hacer “check-in” en Galicia, fácil tarea contando con la realidad del incremento anual del número de visitantes al Finis Terrae. Un acto muy bien organizado, muestra clave de nuestra capacidad, con un mensaje que revive gracias al acierto, estoy seguro que el Presidente Rueda ha tenido mucho que ver, de la campaña presentada. Un recurso promocional que enriquece la unidad y diversidad que atesoramos porque hay mil Galicias en una. El abanico de posibilidades gallegas como destino es inmenso. Porque, citando a otro grande de los nuestros, Wenceslao Fernández Flórez, “cuando los hombres buscan la diversidad, viajan”. A su animado bosque o al catálogo de playas que exhibimos. Todos los caminos llegan a Roma, pero pasan por Galicia.

La música de Nico Casal amenizó el evento y creó el ambiente propicio para una descarga sentimental de arraigo y conectividad. La versión moderna, asistida por las herramientas digitales más innovadoras, del hallazgo de Manuel Fraga cuando, de la mano del entonces conselleiro Víctor Vázquez-Portomeñe, alumbraron el Pelegrín que revitalizó el fenómeno de la peregrinación a Compostela inaugurando una nueva era en el turismo de nuestra nacionalidad histórica. Fue a principios de 1990, en “El Gato Negro”, taberna del casco histórico de Santiago, tomando Ribeiro con sus colaboradores, perfilando en un par de servilletas las líneas maestras del inminente entonces Xacobeo 1993. Un gobierno gallego que supo enhebrar el hilo del desarrollo del branding territorial, aderezado posteriormente con los muchos calificativos que aparecieron para acompañar el sustantivo recurrente, y en Ourense mucho sabemos con términos como el de “turismo termal”. No faltó la ourensana Ana Méndez, Directora de “Galicia Calidade”, la empresa pública cuyo nombre es la marca paraguas de la economía gallega para impulsar nuestra competitividad en los mercados exteriores.

“Viajar es vivir”, repetía Hans Christian Andersen. Y en el Espacio Larra vivimos una experiencia dando la salida a una campaña que resume los esfuerzos de una administración autonómica por abrir mundos turísticos nuevos –impensables hace décadas- y consolidar los que ya triunfan. Un ejemplo más del “estilo Rueda” que acompaña la acción de gobierno de la Xunta de Galicia desde que inauguró su etapa como Presidente. Un escaparate como el que constituye la actividad de la Casa de Galicia en Madrid, una embajada de la tierra de Rosalía y Curros en la madrileña calle de Casado del Alisal. Todo para potenciar nuestro atractivo apuntando al intelecto del viajante. Como aseveró Enrique Jardiel Poncela “viajar es imprescindible y la sed de viaje un síntoma neto de inteligencia”. La ventaja del viaje a Galicia es la meta para saciar esa sed y la eventual hambre con una oferta gastronómica de primer nivel. Mi deseo es que a todo el que nos visite le aproveche. ¡Salud!