Silencio cómplice

Publicado: 07 jul 2025 - 04:05

Opinión en La Región
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La erótica del poder no guarda relación con el deseo de gozar del lujo y la suntuosidad, ni sentirse bien recibido tras un cómodo viaje, sino con el temor. Aferrarse al poder es el precio a pagar ante la certeza de que del árbol caído todo el mundo hace leña, más aún ante la consciencia del corto trecho que separa el escaño del banquillo. Desgranando el caso Koldo van quedando menos dudas y más sombras sobre la corrupción extrema del Gobierno. Y no, no se trata de dos simples individuos, sino de una copiosa recua de designados a dedo que parasitan en la cosa pública, de por sí motivo sobrado para apartar al máximo responsable, Pedro Sánchez, con un cordón sanitario tan grueso como el libro gordo de Petete.

Afirmar que sólo Ábalos y Cerdán son los elementos corruptos es una de las mayores tomaduras de pelo a la ciudadanía. La corruptela empezó en la primera legislatura sanchista, con el entonces ministro de Cultura, Máxim Huerta, por fraude fiscal. A este le seguiría el ministro astronauta, que poco hizo por no decir nada, aparte de escaquearse del cese. Porque donde el PSOE obligó a dimitir al ministro del PP José Manuel Soria por los papeles de Panamá, por una empresa offshore de su padre que llevaba años inactiva, Pedro Duque, por una empresa interpuesta activa —que era suya y no de su padre— con la que hurtó impuestos, dijo que pagaba a Hacienda y todo arreglado, que no tenía intención de dimitir pese a que el PSOE había planteado en su comité ético que “debería hacerse”, antes de transitar por todos los estados de la materia, desde el postulado de que en política los errores se pagan dimitiendo, cuando son ajenos, mientras los propios, pidiendo disculpas.

Para abreviar, con las tropelías públicas y de todos conocidas, remontándose desde el 2018, fue acusada de ocultación de bienes la ministra de Sanidad, Carmen Montón. Dolores Delgado, reprobada por ambas Cámaras, ministra de Justicia y fiscal general del Estado, igual que el imputado Álvaro García Ortiz. Arancha González-Laya, ministra de Exteriores, dimitida por Mohamed VI de Marruecos. José Antonio Marco Sanjuán, expresidente del Tribunal Económico Administrativo Central y mano derecha de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Ante este panorama se plantean dos preguntas: ¿Por qué Podemos y el PNV están reconsiderando su apoyo a Sánchez?

Isaías Táboas, presidente de Renfe, y la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera. Miguel Ángel Gallardo y Alejandro José Cardenal, respectivamente expresidente y jefe Jurídico y de Recursos Humanos de la Diputación de Badajoz. David Sánchez Castejón, el hermanísimo, Begoña Gómez, la esposísima, y María Cristina Álvarez, la ayudante de cámara. La presidenta del Congreso, Francina Armengol; Ángel Víctor Torres, ministro de Transportes y su exsubsecretario Jesús Manuel Gómez. Conrado Domínguez Trujillo, director del Servicio Canario de Salud. Juan Bernardo Fuentes Curbelo, “Tito Berni”.

Francisco Toledo y Álvaro Sánchez Manzanares, respectivamente expresidente y ex secretario general de Puertos del Estado. El exjefe de personal de Adif, Michaux Miranda. El ex director general de Organización e Inspección del Ministerio de Transportes, Javier Sánchez Fuentefría. Taishet Fuentes, ex director general de Ganadería del Gobierno de Canarias, a los que se suman Francisco Bartolomé Flores Torres, Cristóbal Vizcaíno González, José Vélez, Miguel Gracia, Pepe Cataluña y Rafael Rubio, candidatos y cargos del PSOE, ademas de una nutrida retahíla de segundos y terceros, colaboradores necesarios para amparar todo estos caos, en los que conviene tener bien presente que para otorgar una concesión fraudulenta no basta con una persona, sino la concurrencia y connivencia de varias. La lista evidencia que no son dos casos aislados dentro del Gobierno, como pretende vender Pedro Sánchez, sino lo más parecido a un cartel estructurado con el nexo común de su vínculo con el PSOE.

Ante este panorama se plantean dos preguntas: ¿Por qué Podemos y el PNV están reconsiderando su apoyo a Sánchez? Los podemitas por pura revancha contra Sumar y para capitalizar el voto descontento de la izquierda. Tras el sorpaso de Bildu, Aitor Esteban busca parecer honestos para engordar su nacionalismo ultraderechista y supremacista. ¿Por qué los ministros de Sumar, Yolanda Díaz, Urtasun, García, Rego y Bustinduy; ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria apoyan la corrupción del PSOE? Para seguir viviendo la buena vida, porque, parafraseando al escritor polaco Stanisław Jerzy Lec, tienen la conciencia limpia: nunca la han utilizado.

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