Terror y esperanza en Siria

Publicado: 15 dic 2024 - 00:03

La espectacular caída del sanguinario régimen de los Al Asad en Siria ha llenado el país de caóticas y entusiastas celebraciones. Unos disparan rifles al aire, otros se abrazan sin conocerse y los más dan gracias a sus respectivos dioses por un improbable auxilio divino. Siria es un variopinto mosaico de creencias religiosas y agrupaciones políticas difícil para conjugar futuros. En estos momentos hay un motivo unificador de celebración, la derrota y huida del presidente Bachar y su familia a Moscú.

Desde varios países regresan en ansiosas caravanas miles de exiliados, proceden del Líbano, de Turquía, de Jordania y de tasi todos los países árabes. Los que se encuentran en Europa son más prudentes y esperan el desarrollo de los acontecimientos en una zona geográfica tan cambiante.

Conviene aprovechar este tiempo de entusiasmos de generosidad positiva. También en el futuro, la justicia tendrá que exigir responsabilidades a los que quebrantaron los principios elementales de los derechos humanos, el primero de todos Bachar Al Asad. No puede irse de rositas

Un número muy alto sale de las cárceles de ese “estado de barbarie” en que habían convertido Siria los Al Asad. Ahora cuentan cómo eran las brutales y en ocasiones mortíferas torturas en las cárceles de la dictadura, especialmente la célebre de Saydnaya, conocida como matadero humano. Algunos de los que están saliendo de esa cárcel ignoraban que en Irak ya no era presidente Sadam Husein e incluso los había que ignoraban que Bachar había sucedido a su padre Hafez en Siria. Habían estado ausentes de sus circunstancias. El choque de emociones está siendo vertiginoso. Algunos llevaban decenios sin pisar su país, solo conocían los oscuros pasillos de las parceles. Los hay que gritan “no se como decir lo feliz que soy”. No cabe duda que Alá es grande y está con nosotros.

Los Al Asad dejan detrás un país exangüe, empobrecido por decenas de años de incuria y destrozado por quince años de guerra, durante la cual el Gobierno roció con gases a su población. Hoy Siria es un amasijo de ruinas. Hay que reconstruirlo todo, desde el andamiaje político, social y por supuesto del económico. Articular los grupos religiosos con la variada gama de movimientos políticos requerirá mucho tiempo. Conviene aprovechar este tiempo de entusiasmos de generosidad positiva. También en el futuro, la justicia tendrá que exigir responsabilidades a los que quebrantaron los principios elementales de los derechos humanos, el primero de todos Bachar Al Asad. No puede irse de rositas.

Estos días es lógico que Siria se entregue a celebraciones alegres, pero deben saber que el terror puede volver a envenenar los días dichosos. Los que derribaron a Bachar Al Asad todavía no tienen las claves del poder en Damasco. aunque verbalmente apuestan por el diálogo y la moderación. Veremos, cuando se enfrenten a la ingente tarea que les espera.

Una historia siniestra ha pasado por Siria y ahora los sirios están descubriendo el subsuelo de lo que fue la dictadura de los Al Asad. De momento el proceso verbal de los victoriosos insurgentes es dialogante y moderado, no quieren imitar a los iraquíes que eliminaron todas las estructuras de la administración del antiguo régimen y el país cayó en la parálisis absoluta.

El principal grupo armado que protagonizó la fulgurante caída de Al Asad es el Hayat Tahrir Al Cham (HTZ). Se trata de un grupo que viene de la nebulosa yijadista y que combatió con Al Qaeda en Irak y formó parte de Al Qaeda en Siria, pero al mismo tiempo levantó en el país varias instituciones sociales muy eficaces en el paisaje revolucionario sirio. Su líder se hace llamar Abu Mohamed Al Golani, pero al parecer su verdadero nombre es Ahmed Al Charaa. Se dice y escribe que este hombre y su grupo rechazan el yihadismo internacional, que han expulsado de su movimiento a los perfiles mas radicales y se posiciona como un movimiento revolucionario conservador, parece una contradicción, pero así es como se están presentando hasta ahora, veremos como hablan y sobre todo como actúan en el futuro. Están manifestando que su agenda se limita a Siria, no buscan ni quieren aventuras y operaciones en otros países. De momento se les ve como los protagonistas de la situación, desde todas las cancillerías con intereses en la zona quieren hablar con ellos, incluso los rusos que les combatieron para salvar a Al Asad quieren negociar sus dos bases, la aérea y la naval, para mantener su presencia en el Mediterráneo. Por su parte, los árabes, tanto chiitas como sunnitas, les buscan como interlocutores, Europa tendrá que entenderse con ellos si no quiere que aparezcan grupos extremistas protagonizando el futuro.

En los prolegómenos de su entronización en la Casa Blanca el presidente electo Donald Trump ha manifestado que los acontecimientos de Siria no van con él, ya que no afectan a los intereses americanos. Grave error, aunque las opiniones de Trump son cambiantes, de esas geografías solo le interesa el destino de Israel, no importa que siga matando en Gaza, ni que ahora lance una ofensiva para destrozar las estructuras de la naciente Siria. Ahora es la tercera vez que el Gobierno de Benjamín Netanyahu lanza una invasión sobre Siria. Están bombardeando los almacenes de armas estratégicas y de misiles para que no caigan, según dicen, en manos de grupos terroristas. Israel hará todo lo posible para que Siria no se consolide como un estado fuerte y poderoso. Desde los Altos del Golán, conquistados a Siria en la guerra de los Seis Días, las tropas israelíes han penetrado más de veinte kilómetros por la zona desmilitarizada consagrada por la ONU hace ahora medio siglo.

Aparte del movimiento Hayat Tahrir Al Cham (HTC) hay más de treinta grupos y grupúsculos que partiendo de Idlid conquistaron Alepo y desde allí bajaron hasta Damasco. Los llamados insurgentes forman un estridente mosaico de ideas opuestas, religiones enfrentadas y objetivos muy distintos. Será muy difícil armonizarlos si es que en algún momento se consigue. Entre loa kurdos y los islamistas hay unas distancias siderales como las hay entre drusos y chiítas. Es lógico que grupos de naturaleza tan diversa conforme una unidad de acción. De momento, el primer ministro Bashir mantiene una cierta coherencia y les tiende la mano a los funcionarios del régimen derrocado cuyas manos no estén manchadas de sangre, a los militares les ofrece la misma posición, pero no le va a resultar tarea fácil mantener estos equilibrios, especialmente a medida que se van conociendo las atrocidades cometidas por el régimen caído. A medida que la situación se vaya serenando es lógico que se abra una lucha descarnada por el poder. A principios del próximo año se celebrarán elecciones y cada grupo tratará de hacer valer su peso. En estos momentos de euforias y abrazos son fáciles la moderación y el acuerdo, pero después vendrán los debates y los desencuentros. Así ha sido la historia y así será la futura política de Siría. A pesar de todo hay que cultivar la esperanza después de tanta crueldad.

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