Las tracas de Junts al Gobierno

El partido nacionalista catalán, denominado Junts per Catalunya, más conocido como Junts a secas, se ha mostrado esta semana especialista de tracas en sus relaciones con el Gobierno sanchista: mucho ruido, muy repetitivo, mucho humo para acabar todo en restos de carcasas chamuscadas por el suelo o en colgajos. Después del estruendo vuelve la calma, aunque permanezca un tufillo a pólvora quemada en el ambiente.

Es cierto que la traca de descalificaciones de Junts al presidente Sánchez ha sido épica en la sesión del miércoles en el Congreso. Nunca antes le había insultado con tanta contundencia un socio de investidura ni nunca tanto había aguantado Sánchez en actitud comprensiva, concentrado en lo que oía por el absurdo “pinganillo” de la traducción simultánea entre españoles. Es usted cínico, le dijo con desparpajo y seguridad, considerándolo como una persona que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas. “Es usted un hipócrita”, lo definió Nogueras, que es lo mismo que acusarle de fingir cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene. “No tiene palabra” insistió la catalana, dejando de manifiesto que todas sus promesas, compromisos, acuerdos y ofertas no tiene valor. Y lo más obvio, que a Sánchez “sólo le interesa mantenerse en el poder” y lo dice quien le aupó justo a ese poder a cambio de sustanciosas contrapartidas.

Sigue oliendo a traca, sigue el tufillo a pólvora quemada y a carcasa chamuscada entre Junts y Sánchez

Pero lo que más le pudo haber dolido a Pedro Sánchez en esa tarde fue la verdad más contundente de Miriam Nogueras: “Usted perdió las elecciones y gracias a los votos de Junts usted es presidente y no Feijóo.” Sánchez nunca reconoció públicamente que había perdido las elecciones y esa afirmación fue como un descabello, le dolió.

Pero, en definitiva, todo eso venía a dejarle claro que las relaciones políticas y parlamentarias entre el grupo catalán y el Gobierno habían quedado rotas, aunque nadie se lo creyó, nadie se lo cree. De hecho, en la primera ocasión que tuvieron los parlamentarios de Junts, justo al día siguiente, ofrecieron su abstención para evitar una derrota del Ejecutivo. Sin embargo, Nogueras siguió la broma: que nadie crea que esto es una victoria para el PSOE, cuanto más se lo crean más dura será la realidad.

Sigue oliendo a traca, sigue el tufillo a pólvora quemada y a carcasa chamuscada. Junts es una broma y el Gobierno de Sánchez también se está quedando en una broma, pero esta, de mal gusto.

Rotos y descosidos

Podemos quiere reventar a la derecha

Como si de una nueva fanática Pasionaria se tratase, no la Dolores Ibarruri en 1936, sino Ione Belarra en 2025, líder de Podemos, pidió la unión de todas las izquierdas para reventar -así, sin paliativos, reventar-, a la derecha, para que no tenga la más mínima posibilidad de llegar al poder, o incluso, sin llegar al poder, evitar su existencia.

Reventar fue le estribillo de su intervención en el Congreso, marcó el objetivo y la línea a seguir. Reventar implica uso de la fuerza, aplastar algo con violencia. No deja paso a la moderación, ni al diálogo ni a el debate. Si no la reventamos nos reventará, no ve otra alternativa Podemos.

Quizás, Ione Belarra, en su más perfecta imagen de muñeca siniestra, no es del todo consciente del alcance y consecuencias de sus soflamas políticas.

Visto para sentencia

El fiscal general del Estado, como cualquier otro procesado, esta ahora viviendo la ansiedad de su sentencia.

Su futuro profesional depende del criterio, del rigor, del análisis sereno, de la experiencia jurídica de siete magistrados. Es el fiscal fiscalizado, juzgado, acusado y defendido.

La sentencia tendrá todas las garantías si sale condenatoria o absolutoria, pero a Álvaro García Ortiz no se le olvidará la metedura de pata de pretender ayudar al Gobierno en su operación contra Ayuso. Una operación que, en democracia, debe plantearse en las urnas y limpiamente.