Luis Sotelo
O AFIADOR
Garantistas de sí mismos
El viernes, día 3 de octubre, celebramos en Ourense la festividad de la Policía Nacional, una jornada que, más allá de los actos protocolarios, representa un momento de orgullo y de reflexión para quienes vestimos este uniforme. Orgullo por pertenecer a un Cuerpo con dos siglos de historia al servicio de España, y reflexión porque cada día, en cada turno, en cada intervención, renovamos nuestro compromiso con los vecinos de esta ciudad y con todos los ciudadanos a los que servimos.
En Ourense, como en toda España, la Policía Nacional no se limita únicamente a la prevención en las calles
Nuestra labor, muchas veces discreta y silenciosa, no siempre se percibe en su verdadera dimensión. Somos los primeros en acudir cuando alguien sufre un robo, una agresión o una amenaza. Somos quienes recogemos la denuncia de una víctima, quienes damos la primera palabra de aliento y quienes, al mismo tiempo, iniciamos una investigación que, en ocasiones, se prolonga durante meses. Esa cercanía inmediata con el ciudadano define lo que somos: un servicio público al que se acude en los momentos de mayor vulnerabilidad y que siempre da la cara a pesar del maltrato sistemático del Gobierno en las condiciones de jubilación de los Policías y de la inseguridad jurídica con la que afrontamos nuestro trabajo.
En Ourense, como en toda España, la Policía Nacional no se limita únicamente a la prevención en las calles. Cinco Brigadas especializadas luchan contra la delincuencia en sus diferentes formas, protegiendo a las víctimas de violencia de género, combatiendo los ciberdelitos o que gestionando la documentación de miles de ciudadanos nacionales y extranjeros. Desde los trámites en la comisaría hasta el dispositivo en un evento deportivo o social, todo forma parte de un mismo compromiso con la convivencia.
La ciudadanía, a veces, desconoce las exigencias que implica esta profesión. Turnos de noche, jornadas prolongadas, falta de medios en algunas áreas… y, aun así, cada compañero da lo mejor de sí, con vocación de servicio y con la convicción de que mantener la seguridad es esencial para que el resto de la sociedad pueda desarrollarse en paz.
Por eso la festividad de Los Ángeles Custodios no es solo un día de celebración interna. Es también una oportunidad para agradecer el apoyo que recibimos de los ourensanos y para recordar que la Policía Nacional forma parte de la vida de esta ciudad: en sus calles, en sus colegios, en sus barrios, en cada esquina donde alguien necesita ayuda.
Toca reivindicar la dignidad y la nobleza de esta profesión. La seguridad no se improvisa, requiere esfuerzo, preparación, disciplina y un profundo respeto a la legalidad. Esa es la verdadera esencia de nuestra misión: ser eficaces, pero también ser cercanos, humanos, siempre haciendo cumplir la ley.
Ese respaldo de la sociedad es el mejor reconocimiento al sacrificio y a la entrega que ponemos en cada servicio. Y también es la motivación que necesitamos para seguir cumpliendo, con orgullo, la promesa que un día hicimos: proteger y servir a la sociedad.
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