Pilar Cernuda
LAS CLAVES
Sánchez, cuestionado por los suyos pero inamovible
DEAMBULANDO
Ofendiendo o acaso desvirtuando a su departamento o Consellería, cual sañudos y persistentes perseguidores del lobo, los representantes de medio ambiente de las comunidades del norte: Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla-León, se han salido con la suya (ya veremos más adelante que no tanto), cual es que el lobo ibérico, canis lupus signatus, sea considerada especie cinegética del Duero para arriba.
Aunque para salvar a la ganadería en extensivo hay que controlar a la población lupina, dicen los interesados en su exterminio, cuando asistimos, sin que se ponga coto, ya en las primeras páginas de los diarios nacionales a una exagerada publicidad a cada ataque del lobo al ganado
Contra la opinión de una inmensa mayoría de ciudadanos, una parte de nuestros representantes legislativos han votado la caza del lobo apoyándose en una normativa europea, que el Tribunal Europeo posteriormente ha desautorizado por contradecir el Convenio de Berna del 74, condena al lobo, permitiendo su caza, momento en el cual el presidente de la Xunta preparó a todo ritmo los protocolos para su caza o reducción inmediata, como presintiendo que algún recurso se interpusiese, como luego resultó.
Ganaderos en extensivo han plagado los montes de mierda, soltando a sus reses causando que ningún manantial pueda ser bebido sin riesgo de enmerdamiento como comprobamos en cada salida por las mismas Trevincas, San Mamede, Queixa, Invernadeiro, Xurés o Quinxo sin que ningunas otras sierras se libren; son éstos los principales vociferantes, y ¡oh paradojas! con sindicatos agrarios conocidos por su tendencia de izquierdas, que las derechísimas han votado o refrendado en el Parlamento contra el lobo( PP, VOX, Junts y hasta un PNV que se las da de progresista) todo ello contra viento y marea de una opinión pública que está concienciada de que hay que proteger a las especies: es como si me dicen ahora que hay que cazar al oso porque ha traspasado los límites comunitarios de Asturias y Castilla-León para introducirse en los nuestros, y puede constituir una amenaza para el ganado o la seguridad de los montañeros.
Aunque para salvar a la ganadería en extensivo hay que controlar a la población lupina, dicen los interesados en su exterminio, cuando asistimos, sin que se ponga coto, ya en las primeras páginas de los diarios nacionales a una exagerada publicidad a cada ataque del lobo al ganado. La ganadería en extensivo que ha contaminado cualquier fuente que mane de nuestros montes donde ya imposible sorber el agua más clara, porque más arriba se verá contaminada por los grandes bostazos vacunos. Como se dijo se han invadido gran parte de nuestros montes donde a veces centenarias manadas son estampa habitual, y la contaminación de las aguas está ahí, en esa proliferación desmesurada de pastantes.
Sentemos que el lobo es el gran enemigo del vacuno, ovino y caballar, para cuyos destrozos lupinos hay previstas indemnizaciones, pero debemos tener en cuenta que es un gran controlador reduciendo las poblaciones del jabalí, destructor de cosechas y arador de praderías, más que por la caza directa por el lobo, por el miedo causante de las disminuciones poblacionales al inhibir a la hembra de parir grandes camadas. Habría que sopesar estos pros en favor del asentamiento de las poblaciones del canis lupus signatus, pero, mientras, los mismos medios de comunicación se hagan portavoces de los ataques al ganado, agrandando sus efectos o alarmando, el lobo seguirá siendo el gran enemigo, contra el sentir de una opinión general que desea su implantación como especie capaz de mantener sanas a las poblaciones de rumiantes salvajes, tales el corzo, la cabra, el ciervo. Amén de introducir en el monte ese halo de misterio.
Y cuando esto escribo la conselleira de medio ambiente de la Xunta recibe un varapalo quel echa por tierra una normativa a punto de aplicarse, para la reducción por cuotas, del salvaje cánido. Y el palo le viene por una sentencia del Tribunal Superior de Xusticia de Galicia que pone en suspenso que se cace el lobo en la Comunidad, lo que la ha enrabietado contra un TSXG que anteriormente ha suspendido la proliferación de parque eólicos en nuestros montes, en tan excesiva cantidad que no iba a quedar cresta sin ”airear”, produciendo otro gran impacto visual.
A ver si los otros tribunales superiores de Asturias, Castilla y Cantabria siguen los pasos del gallego; mientras, Ascel y otras asociaciones ecologistas interponen recursos contra la caza de cuotas puesta en marcha por esas tres comunidades, se manifestaron en la capital del país en pro de nuestro más emblemático animal.
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