Vender agua a puerta fría

Uno de los taberneros que más copas sirvió en la noche coruñesa acabó vendiendo agua a puerta fría por la mañana. Encantado aunque suene a penitencia. Al traspasar el garito pasó un tiempo colocando seguros de salud. “Primero nos alcoholizas y ahora quieres que te contratemos una póliza”, bromeaban los colegas ante el inesperado salto. Un tabernero siempre tiene respuesta: “Estoy acompañado a la clientela en los cuidados que se necesitan en el curso de la vida. Si seguimos con la evolución natural, acabaré en los seguros de decesos o currando en una funeraria”.

Beber agua del grifo o embotellada va por edificios más que por barrios

Ofrecer agua por las puertas en la tierra de la lluvia, con una traída más que decente, parece un mal negocio. El sector burbujea con las costumbres de la emigración a favor. En España se consumen 6.800 millones de litros de agua embotellada al año, entre 106 y 120 por persona, de los que unos 360 millones corresponden a Galicia, según datos de la Asociación de Aguas Minerales. “Te sorprendería lo mucho que se contrata el servicio de agua a domicilio, sobre todo cuando te abre la puerta un latinoamericano, que todavía tiene el chip de que no conviene beber agua del grifo”. El comercial ofrece el dispensador con una garrafa de 30 litros un mes a prueba gratis. “Como entre el aparato en casa ya no sale. La reposición es cada 28 días y evitas cargar con bidones de ocho litros desde el supermercado, aunque hay quien calcula el gasto en electricidad y no sigue”.

Beber agua del grifo o embotellada va por edificios más que por barrios. “En un portal no quieren saber nada del mes gratis y en el de al lado haces pleno. Las tuberías influyen mucho en el sabor”. El rural se le resiste más por el pozo o la romería de garrafas a la fuente milagreira. Será por agua.