Esa asociación Abogados Cristianos que tenemos aquí en España, cada día me sorprende más. Parece que solo se dedican a perseguir, denunciar y acosar a ciertos colectivos en concreto: LGTBI,
feministas, defensores de la educación no segregada, transexuales, niñas que quieren jugar con espadas láser en lugar de con muñecas, etc.
No sé si se dan cuenta ustedes pero los asuntos que tanto interesan a esos señores siempre tienen que ver de forma muy directa con el sexo o con los afectos e inclinaciones personales de los demás, y con la forma de vivirlos que pueda tener libremente cada uno sin hacer daño a nadie. ¿Qué los guiará entonces?
Curiosamente sus iras siempre se dirigen a grupos históricamente perseguidos, encarcelados, maltratados, despreciados, lapidados, expulsados, torturados e incluso asesinados por sus afectos, es decir: por el amor. Y digo históricamente para señalar que eso que describo con esta palabra, históricamente, significa que viene ocurriendo desde hace cientos o miles de años. Y aun ocurre hoy.
Yo creo que en lugar de Abogados Cristianos esa asociación debería cambiarse el nombre a "Fiscales Diabólicos" (con perdón para los fiscales, no quería ofender a nadie) y plantar la sede central de sus oficinas definitivamente en Teherán o algún otro sitio así, donde puedan dar latigazos y colgar alegre e impunemente de las grúas a maricones, a niñas que quieren estar en clase con niños, o a mujeres que solo pretenden ponerse una minifalda y salir a la calle a dar un paseo o conducir un coche.
O sea que de abogados tienen poco, pero de cristianos menos aún. Yo les recordaría, aunque sé que no servirá de nada y no me harán caso, aquel texto precioso, el único interesante que supuestamente escribió Pablo de Tarso una vez (Pablo de Tarso no era un tipo muy decente pero ahí se lució), en el capítulo XIII de la Carta a los Corintios, y que voy a poner en el párrafo siguiente para que esos abogados lo tengan enterito. Si son tan cristianos como pregonan quizá lo recuerden, porque seguro que se lo leyó el cura en la iglesia el día de su boda. Me juego lo que sea. Ahí va.
"El amor nunca falla. Desaparecerán las lenguas y las profecías y se acabará la ciencia. Nuestra ciencia es imperfecta, y cuando llegue lo perfecto desaparecerá lo imperfecto. Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Cuando me hice adulto dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos confusamente pero llegará un día en que veremos cara a cara. Ahora conozco las cosas de una forma imperfecta, pero un día las conoceré a la perfección, de la misma forma que Dios me conoce a mí. En el mundo solo tres cosas permanecen: la fe, la esperanza, y el amor. Pero la más grande de las tres... es el amor."
Y digo yo: ¿qué tal si esos abogados cristianos se leen el Evangelio de una maldita vez?
