Opinión

Cuento raro

Un hombre solo, sudoroso, está excavando trabajosamente una zanja. Entonces llegan dos hombres más.

– ¡Eh, tío! ¿Qué haces?

– Excavo. ¿No lo véis?

– Vale. Bien. Te ayudaremos.

– Ok. Gracias.

Así que los dos hombres cogen cada uno una pala y se ponen a ayudar al primero. Cuando por fin la zanja es lo bastante profunda el primer hombre empuja a los otros dos dentro. Después los entierra.

Fin del cuento. Ya dije que era un cuento raro.

Cambiando de tema hubo un tipo aquí en España, a mi juicio detestable, que se llamaba Manuel Fraga y tenía una costumbre muy ridiculizada en su época que consistía en explicar siempre las cosas a base de ejemplos con garbanzos. Algo que ya digo generaba toda clase de burlas y risas en muchos medios de comunicación, e incluso en los bares entre ciudadanos de a pie. Pero lo cierto es que aquellos ejemplos con garbanzos en realidad eran bastante ilustrativos. Veamos.

El primer hombre de mi cuento es Vox y los otros dos son Cs y el PP. O sea que Cs y el PP están cavando su propia tumba. Si ellos no lo ven debe de ser porque tienen la inteligencia exacta de un garbanzo. 

Vox, su amiguete de la pala, quiere acabar con las leyes contra la violencia de género; con la del aborto; con un montón de normativas que protegen derechos civiles o personales; con lo que ellos llaman "chiringuitos" que ayudan a mujeres maltratadas; con los inmigrantes que vienen a robarnos a los españoles los trabajos que no queremos; y ¡ hasta con las autonomías! También quieren cargarse la fiesta del Orgullo de Madrid, algo que solo revela una estupidez política de campeonato ya que es el evento de la capital de España que más ingresos deja allí con mucha diferencia con respecto al siguiente, ni San Isidro, ni una final de la Champions. Y no se trata de ideología sino de sentido común, el que se espera de un cargo público. Y se trata también de respetar derechos adquiridos, aceptados y apoyados por más del ochenta por ciento de los españoles. Lo dicen todas las encuestas y estudios, no yo.

Lo de cargarse el estado de las autonomías ya es de matrícula de honor, así que excuso extenderme en eso porque sería una tontería y no soy yo muy aficionado a escribir tonterías, aunque a veces lo parezca.

O sea, que el primer hombre del cuento quiere acabar con los otros dos. Y a fe mía que lo va a conseguir con la inestimable ayuda de ese par de suicidas, cuyo coeficiente intelectual y su capacidad analítica apenas llegan al de una legumbre.

En fin, los dejo ya. Hoy he quedado con unos amigos para comer un cocido con lacón y grelos. Aunque a mi, lo confieso, no me gusta mucho el lacón. Lo que me gusta de ese plato son los grelos y sobre todo... ¡los garbanzos! 

Que ustedes lo pasen bien.

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