Opinión

Destructores de la cultura

Hace años, lo recordarán y actualmente sigue ocurriendo, ciertos yihadistas desquiciados (todos los yihadistas lo son), asombraron al mundo destruyendo a base de martillazos, patadas, bombas, etc., maravillosas esculturas y obras de arte antiguas, muchas majestuosas como los templos de Palmira en Siria, los de Baal Shamin o Bel en Iraq u otros en Libia, etc. Vamos, como si aquí unos tipos se pusieran a destruir con martillos neumáticos el Vaticano, la torre Eiffel, la catedral de Santiago y el Puente de los Inválidos de París.

Increíble. ¿Increíble? Pues no, no es increíble porque es la realidad y la realidad es que vivimos en una película. Y cuanto antes nos demos cuenta, antes podríamos intentar cambiar el guión para que al final en la pantalla no aparezca solo un estúpido y ridículo "koniek". 

Aquí en España tenemos algo parecido. Unos tipos capitaneados por un ventrílocuo peludo que vive en Waterloo (no sé si han fijado pero es un personaje cutre de Barrio Sésamo) y su marioneta Quim Torra están destruyendo a martillazos la cultura catalana. ¿Y por qué digo esto? Porque han hecho que desaparecieran del mapa sus mejores escritores de los últimos años: Pla, Montalbán, Goytisolo, Marsé, Eduardo Mendoza, Gil de Biedma, Joan Perucho... 

Y lo han hecho a conciencia, porque españoles y europeos cuando oímos por la tele o la radio a alguien que habla en gallego nos decimos "¡qué bonito, que dulce suena!, voy a prestar atención"; cuando oímos a alguien que habla en bable nos decimos "¡caray, qué preciosidad, me gusta!; cuando oímos euskera "¡uau, qué raro, no entiendo nada pero me encanta, quiero aprenderlo! Pero, y esto es lo terrible y lo que están consiguiendo esos barbudos afeitados, cuando oímos catalán cada vez más nos decimos ¡qué asco, no lo soporto, quítalo de ahí!

Flaco favor le están haciendo esos ignorantes a su propia cultura. A Ausiàs March, a Salvador Espriu, a Ramon Llul (que ya saben ustedes que no era catalán sino mallorquín). Por cierto, que, tomen nota, desde el siglo XVIII los catalanes no han tenido un escritor decente con una mínima proyección internacional, salvo los maravillosos del siglo XX que cité en el párrafo anterior.

Y ahora esos yihadistas sin norte hasta nos quieren vender la peli delirantemente hollywoodiense de que Cristóbal Colón, Teresa de Jesús, Lope de Vega, Miguel de Cervantes y hasta William Shakespeare habían nacido algún día en Granollers. Les falta añadir a la lista a Albert Einstein pero tranquilos, no tardarán en hacerlo.

Increíble dije, y lo es. Es increíble. Unos ignorantes sin escrúpulos destruyendo a martillazos su propia cultura, la de sus conciudadanos y la de su pueblo. Para echarse a llorar o no sé cómo se dirá en catalán, ¿plosarse a plorar? Que se lo pregunten a Lluis Llach, que se ha vuelto tan imbécil como esos dos que cité más arriba. ¡Y anda que el tipo hizo unos discos preciosos en su momento! Sic transit gloria mundi.

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