Opinión

¿Dónde está interné?

El otro día me quedé sin internet durante varias horas. Y nunca me había fijado pero los navegadores ponen un mensaje en pantalla que dice, más o menos: "su ordenador no tiene conexión a internet". ¡Vaya, qué gracia! Me echa la culpa a mi o a mi ordenador, cuando en realidad es culpa del proveedor (en este caso Jazztel), no hay más que echar un vistazo al router para darse cuenta. Mi ordenador no tiene la culpa de nada. Tengo ordenadores encima de la mesa desde hace casi cuarenta años y no soy tonto. En fin.

Pero ese es el lenguaje de internet, uno que consiste básicamente en echarle la culpa al otro. Especialmente a ti. Es como cuando compras un electrodoméstico en El Corte Inglés, una batidora o lo que sea, llegas a casa lo enchufas y no funciona. Entonces vuelves al Corte con él y el que te atiende te pregunta ¿y no será culpa suya? Y tú, en ese momento, lo único que quieres hacer, lógicamente, es estamparle la batidora en la cara al pobre chaval.

Mi ex suegra tuvo un momento de esos brillante una vez. Le estaban cambiando la campana extractora de la cocina y le preguntó al chico que lo hacía ¿eso estará seguro, rapás?, porque ella no lo tenía muy claro a la vista de la operación. A lo que el chico contestó que sí, no se preocupe señora, sé lo que hago. Al día siguiente, cocinando, la campana se derrumbó sola sobre los fuegos de la cocina encendidos. Por suerte no hubo heridos. Y digo por suerte porque mi ex suegra cocinaba para veinte personas, con unas sartenes gigantescas llenas de aceite y unas tarteras como para un batallón.

El caso es que después del susto, al otro día fue al sitio donde la había comprado a contar el suceso y reclamar. Y el chaval que la atendió tras escuchar atentamente la historia del desastre le preguntó: "pero, señora, ¿usted qué le hizo a la campana?" Y mi ex suegra muy seria, mirándolo fijamente a los ojos le respondió tajante: "Subín enriba e bailéi unha muiñeira".
Internet es como ese chico que atendió a mi ex suegra. Siempre te echa la culpa a ti. Como usuario de Mac desde hace treinta años siempre me gustó una frase de Steve Jobs: "un ordenador debería ser como un teléfono, tendrías que poder aprender a usarlo en dos minutos." Hace mucho tiempo que los Macs dejaron (fueron los primeros) de incluir en las cajas un manual de instrucciones. El manual pasó a ser el ordenador, solo había que encenderlo. Aun recuerdo los últimos manuales impresos en papel de Mac que empezaban con esta frase fabulosa: "No se preocupe, usted no puede hacerle daño al ordenador desde el teclado", una invitación a que teclearas libremente.

A veces me siento como el pato Willix: "Sí, claro, te dicen ve a interné, ve a interné, pero a saber dónde está interné."

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