Opinión

El hombre subvencionado

Tras el hombre político de Aristóteles, el hombre espiritual de San Agustín, el hombre consciente de Descartes, el hombre que ríe de Rabelais, el hombre moral de Kant, el hombre inocente de Rousseau, el superhombre de Nietzsche, y tantos hombres más, por fin hemos llegado al hombre subvencionado, todo un hallazgo de la sociedad moderna. Un hito. En España estamos en primera línea en eso.

El hombre subvencionado es un ser que nace, crece, vive y muere subvencionado por el dinero público. Carece de habilidades de ningún tipo salvo la de conseguir alimentarse con el esfuerzo de los demás. Vamos, que es una especie de cuco, un pájaro muy simpático que, camuflado en forma de huevo, se cuela en un nido ajeno y liquida a sus hermanastros para alimentarse solo él a costa del ímprobo esfuerzo y trabajo de sus padres adoptivos que inocente y equivocadamente lo consideran su hijo.

Bruno Munari, el fabuloso diseñador y artista milanés que falleció en los años 90 escribió un libro precioso que se titula "El arte como oficio". En algúnos capítulos de ese pequeño ensayo Bruno Munari hace un ejercicio literario y artístico genial que consiste en describir productos naturales, sobre todo alimentos vegetales o frutas, como si fueran productos artificiales fabricados por el hombre. Para que se hagan una idea les cuento un poco de uno, no es exacto porque no voy a buscar el libro ahora pero creo recordar que era más o menos así.

"Guisantes. Pildoras alimenticias esféricas de pequeño tamaño y color verde intenso que se comercializan dentro de unas valvas flexibles de fácil apertura."

Después el texto continúa durante un par de páginas más describiendo los guisantes en el mismo tono. Como si fueran artificiales. Lo mismo o algo parecido hace el maestro milanés con naranjas y otros productos naturales en ese librito que es una delicia de humor, agudeza e inteligencia.

El segundo párrafo de este artículo mío pretendía reflejar algo parecido. El hombre subvencionado es también un producto de consumo prefabricado y en España tenemos muchos ejemplos. Tipos que no han dado un palo al agua en su vida, pero han vivido siempre y siguen haciéndolo a costa de todos nosotros que, con nuestros impuestos, les pagamos todo. Como si fueran cucos. No son naturales. Son artificiales. Y para colmo sus sueldos, naturalmente eso sí, suelen ser casi siempre astronómicos.

Aquí tenemos bastantes "cucos" que viven del dinero público desde niños. Unos buenos ejemplos son Santiago Abascal, Pablo Casado, Albert Rivera y una larga lista casi interminable. Si no cito a Pablo Iglesias en esta relación es que por lo menos él, hay que reconocérselo, era profesor de universidad, o sea que al principio trabajaba en algo. Y a mi no me gusta Pablo Iglesias, aclaro.

Lo nuevo aquí es el hombre subvencionado. Recibámoslo con los brazos abiertos. Es un invento español. Somos una potencia filosófica a nivel mundial.

Por cierto ¿tantos hombres? y ¿para cuando las mujeres?

Te puede interesar