Opinión

Fufú

Atticus memories: Fufú. 

El otro día mi chihuahua Atticus estaba desolado. E incluso de mal humor, lo cual es raro en él a pesar de ser un chihuahua. Me di cuenta a lo largo del día ya que le ladraba a todo el mundo, y cuando digo todo el mundo eso incluye bípedos y cuadrúpedos de cualquier aspecto y condición.

A propósito y por añadir aquí una nota cultural la semana pasada una señora por la calle le susurró a título informativo a su niña pequeña que se puso a jugar con Atticus: "es un chihuahueño". Me sorprendió y se lo comenté a la señora sonriéndole: ¡Vaya! Poca gente sabe eso, quiero decir el nombre original y verdadero de la raza. Resultó que la señora era mejicana. 

Los chihuahuas (seguiré llamándolos así por comodidad) los pusieron de moda actores, actrices y famosos de Hollywood en los sesenta. Hay fotos de todo el mundo con chihuahuas: Paul Newman, Marilyn Monroe, Katharine Hepburn y, por supuesto, el inolvidable Xavier Cugat que hasta dirigía la orquesta con su chihuahua en brazos. Y contrariamente a la creencia popular no es una raza modificada genéticamente sino que siempre fueron pequeñitos, ya los tenían los aztecas como mascota. Pero como en la lengua inglesa no hay "eñe" aquellos americanos de Hollywood comenzaron a llamarlos simplemente chihuahua, con el nombre del estado de México de donde procedían. O sea que decir "es un chihuahua" de un chihuahueño, es tan erróneo lingüísticamente como decir "es un ourense" de un ourensano. Ok. Fin de la nota cultural.

Volvamos al tema. Por la noche hablé seriamente con Atticus y descubrí el motivo de su enfado. Aquella mañana Atticus se había enterado leyendo El País de que el caniche del rey de Thailandia y sí, el rey de Thailandia no solo tiene chicas en tanga por palacio, también tiene un caniche supongo que sin tanga. Pues bien, el nombre de dicho caniche es, presten atención: "Mariscal Jefe del Aire Fufú". Esto es verídico, no bromeo.

¡Guau! Atticus creía que él tenía un nombre elegante, aristocrático, con connotaciones literarias como el protagonista de la novela de Harper Lee. E incluso con connotaciones históricas, pues Atticus fue también un romano al que los editores consideran el precursor de su profesión, ya que este hombre según parece tenía en la antigua Roma un taller de escribientes que se dedicaban a hacer copias de los discursos de Cicerón para venderlas por ahí y así aquel Atticus listillo se sacaba cómodamente unos cuantos sestercios de sobresueldo. Típico de un editor.

Le conté estas cosas tan interesantes a mi Atticus pero a él eso no lo consoló. Me di cuenta enseguida. Se lo vi en la cara. "Mariscal Jefe del Aire Fufú" molaba más. 

En fin, tendré que comprarle a Atticus uno de esos uniformes pseudomilitares abarrotado de medallas y condecoraciones, para que se haga un selfie y lo suba a sus redes sociales. Qué le vamos a hacer.

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