Hace tiempo leí una página de un periódico (no sé cuál) en la que se reunían una serie de frases idiotas dichas por futbolistas. Algo no muy raro ya que en general la mayoría de los futbolistas son incapaces de construir una frase correcta con sujeto, verbo y predicado.
Los que me conocen saben que siento gran aprecio por los deportistas de todas clases, futbolistas incluidos aunque no soy futbolero. Me gusta el deporte y no soy nada deportista ya la verdad, me he vuelto perezoso; pero también sé lo difícil que es que un superfutbolista sea una persona culta. Alguien que se pasa toda la vida en un gimnasio o dándole patadas a un balón en un campo de hierba no tiene mucho tiempo para leer, estudiar o pensar. Lógico. No hay futbolistas filósofos o poetas.
Raras excepciones tipo Valdano que todos conocemos no hacen sino confirmar esta regla elemental, querido Watson. Y yo entiendo que la cultura no tiene que ser literaria, histórica, científica, artística. No. Hay también una cultura del deporte y de los deportistas, como hay una cultura musical de los músicos, o una militar, y todas son interesantes y valiosas.
El caso es que en esa bonita colección de frases, entre otras maravillas como una de Cristiano Ronaldo "perdimos porque no ganamos", u otra de Sergio Ramos "cuando éramos niños a algunos les gustaba el baloncesto y a otros el basquet", hay una genial de un futbolista cuyo nombre gracias a Dios he olvidado. Dice así: "El fútbol es como el ajedrez, pero sin dados."
No sé porqué pero la frase me recordó a Albert Einstein. Ignoro si el físico alemán era aficionado al fútbol, pero todos sabemos que sentía una pasión desmedida por los dados. Ya saben: Dios no juega a los dados, todo es relativo, E=mc2, principio de simultaneidad, principio de equivalencia y todo así.
A mi me entusiasman los juegos de dados, el póker, el póker mentiroso, etc., aunque siempre fui malo jugando. Todavía hoy juego a veces con unos amigos en un pub cerca de mi casa, pero siempre pierdo. Claro que no jugamos a los dados en plan peli americana de mafiosos, quiero decir apostando dinero o apostando la vida, solo jugamos y punto. Como mucho puedes perder un euro.
¡Ah, ya me he acordado del futbolista!, Lukas Podolski. Con ese apellido es obvio que es polaco y judío, Dios no juega a los dados. Esto empieza a parecer el principio de una peli de Ernst Lubitsch "To be or not to be", con aquellos apellidos dificilísimos de pronunciar acabados en "oski" o en "inski". ¿Recuerdan la voz en off del inicio?: "Lubinski, Kobinski, Luminski, Lozanski, Poznanski, Maslowski, estamos en Varsovia." Y después la peli sigue con Hitler o el falso Hitler por allí, y Carole Lombard y Jack Benny emocionándonos y haciéndonos reir siempre.
O sea que el fútbol es como el ajedrez... pero sin dados.
