Opinión

Hipocondríacos

Un querido amigo de Ourense, Luis, que es médico y psiquiatra, subió hace unas semanas a su Facebook un artículo muy interesante sobre hipocondríacos. Hoy escribo esto después de que otro buen amigo, Jacobo, mi dentista desde hace 30 años, me haya extraído dos muelas a la vez. No le di las gracias, claro. Le dije: no te voy a dar las gracias por esto Jacobo. Y se echó a reír. Bien.

Pertenezco a una familia de esas ¿típicas? que cuando tienes un hacha clavada en la cabeza y alguien te pregunta ¿qué tal estás? invariablemente respondes "bien". Somos como personajes de chistes de El Perich.

El artículo que subió Luis me resultó muy interesante porque revelaba muchas cosas curiosas acerca de la hipocondria, una dolencia que por suerte yo no he conocido jamás. Por ejemplo: "Hay médicos que piensan que uno es un enfermo hasta que no se demuestre lo contrario" ¡Genial! En mi opinión los médicos que piensan eso debieran haber estudiado la carrera de Derecho y no la de Medicina. Pero bueno, yo qué sé, cada uno hace lo que quiere.

Hablando con mi dentista Jacobo, al que quiero con toda mi alma porque es un cielo y un profesional fabuloso, le dije que yo no creía que los dentistas fueran médicos.

– ¿Por qué?, -preguntó-.

– Porque no tenéis ni idea de Medicina.

– ¿Cómo que no? Yo estudié Medicina.

– Lo sé, Jacobo. Pero te engañaron.

Después le expliqué qué eran los dentistas según lo veo yo, que me he pasado la vida entre ellos pues tengo una dentadura de pena.

– ¿Recuerdas aquella canción de los setenta que decía así –le dije–, Creo en vos / arqutecto, ingeniero / artesano, carpintero / albañil y armador? Pues eso sois los dentistas, una mezcla de todas esas cosas, y también un poco escultores. Os pasáis la vida picando y picando y en un momento dado todo se tuerce y entonces gritáis: ¡Niño, traéme un poco más de cemento, coño! Eso sois los dentistas –insistí–, albañiles en fin, artistas quizás.

Otra vez se echó a reír. Jacobo tiene una carcajada genial, de esas muy contagiosas. Creo que hasta le hizo gracia la reflexión. Seguro.

A mi los hipocondríacos me asombran. Comprendo su problema, claro, siempre piensan que están enfermos lo que no hace sino agravar su situación cada vez más y eso es horrible. Pero el artículo que subió Luis al Facebook acuña una palabra fabulosa: "hipocondrización". Una palabra que yo no conocía y su significado es que no tenemos por qué estar sanos siempre, eso es absurdo; de jóvenes la idea podría tener un pase, pero de mayores no. La enfermedad es... lo normal.

Y para terminar, gracias a todos por atenderme pero los dejo ya, tengo que ponerme otra gasa untada de espidifén líquido en el hueco de las dos malditas muelas que ya no existen. Ciao. No se preocupen por mi, no me duele. Salut y ya saben, forza al canut.

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