Opinión

La banalización de la cultura

La banalización del mal" es un concepto filosófico acuñado por Hanna Arendt para intentar entender, o al menos acercarse a entender, qué fue lo que pasó en Alemania durante el nazismo. ¿Qué les pasó a los alemanes? Al pueblo alemán. Cómo fue posible que millones de ciudadanos, la mayor parte de ellos buenas personas con amigos, familias, niños, trabajos y una vida social consintieron y/o participaron activamente en la tortura y el asesinato sistemático de otros millones de personas que eran sus vecinos: judíos, comunistas, gitanos, inmigrantes, homosexuales, etc. 

Durante años me interesó mucho el nazismo como tema. No soy un estudioso por supuesto, pero sí que he leído algo sobre eso. Ignoro si lo sabrán ustedes (seguramente lo habrán visto de refilón en películas y pueden consultarlo en internet) pero en los campos de exterminio nazis se identificaba a los presos con distintos símbolos grabados en sus camisas. Todo el mundo conoce la estrella de David amarilla con la que se marcaba a los judíos, pero además había una larga colección de símbolos, sobre todo triángulos de distintos colores, para diferenciar a gitanos, presos políticos, delincuentes comunes, opositores al régimen, prostitutas, inadaptados, anarquistas, comunistas, lo que fuera. Esos símbolos además llevaban una letra en el centro que indicaba la procedencia del preso. Como B para belgas, F para franceses, P para polacos, e incluso había una S para españoles. En fin, eso fue parte de "la banalización del mal".

El salto temático que voy a hacer ahora en esta columna les podrá parecer a algunos inapropiado y sé que lo es. Sorry.

Hace unos días vi por internet una actuación de un chico estupendo, currante y con mucho talento eso sí, en un programa de televisión que yo no veo nunca. Un programa que se llama "Got Talent". 

El muchacho tocaba "O mio babbino caro" de Puccini con gran virtuosismo ayudado tan solo de un serrucho y un arco de violín. Sonaba genial, ya digo que el chaval era bárbaro. Pero lo que me pareció increíble fueron las reacciones de los miembros del jurado Eva Hache, Jorge Javier, Edurne y Jesús Vázquez que casi se echan a llorar los cuatro a la vez, emocionadísimos, como si aquello fuera lo más hermoso que habían escuchado en su vida. 

Ya sé que solo es un programa de televisión y que ellos hacen una especie de paripé teatral, se trata de entretenimiento y nada más. Vale, no me parece mal. El programa es lo que es, una especie de disneylandia para ignorantes. Pero ¿es que esos cuatro no han oído nunca esa aria interpretada por Maria Callas, Kiri Te Kanawa, Ainhoa Arteta o Victoria de los Ángeles por ejemplo? No puedo creerlo. Los tenía por gente informada. Y con esto vuelvo al párrafo anterior: el chico lo hizo genial, pero no genial para el Metropolitan ni para el Teatro de la Opera de Roma.

 Y eso es... "la banalización de la cultura".

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