Opinión

La Coventosa

La lectura del texto de una de las chicas supuestamente espeleólogas (dudo que lo sean) que publicó el Huffington Post después de su rescate en esa cueva de Cantabria, la Coventosa, da vergüenza ajena. La muchacha se extendió bastante en agradecer a los equipos de rescate su actuación porque según ella fueron muy atentos y amables, pero diciendo al mismo tiempo que no era necesario que las rescataran. 

Quizá habría que haberlas dejado allí. No lo sé. Tal vez hubiera sido mejor. Tal vez rescatar sus cadáveres hubiera salido más barato que rescatarlas vivas. Y total... tampoco habría mucha diferencia, creo.

Según esa señorita (que ya digo no es espeleóloga salvo que la espeleología sea simplemente un deporte idiota y sin sentido), lo peor fue que al llegar afuera a la salida de la Coventosa como había tanta policía, cuerpos de ayuda, ambulancias y prensa, no pudieron hacerse el selfie que les apetecía. ¡Vaya! Yo creía que los espeleólogos iban a estudiar o investigar algo allá abajo, pero parece ser que no. Que solo se trata de entrar en una cueva por un lado y salir por otro como si uno fuera un hurón, dejando probablemente a su paso un reguero de mierda como el de un botellón de chavales superesnifados. O sea que esos supuestos espeleólogos son como ratones en un laberinto, pero un laberinto puramente turístico y deportivo, aquí está la entrada y aquí la salida. Solo que al contrario que los ratones de laboratorio estos se meten en el laberinto voluntariamente. ¡Adelante muchachos, vamos a pasarlo bien!, solo es un juego.

No tengo ningún amigo ni conocido espeleólogo (espeleólogo de verdad quiero decir), pero estoy seguro de que cualquiera repudiaría a esta muchacha idiota cuyo máximo interés era, parece ser, hacerse un selfie al salir. Y la verdad, para eso no hacía falta cruzar la cueva. De hecho la chica calificó lo que encontró fuera, guardia civil, equipos de rescate, televisión, etc., como "espectáculo de mierda".

Miguel Ángel Revilla, un tipo al que lo distingue su sentido común, a propósito de este asunto ha declarado que no se puede seguir gastando tanto dinero público en rescates de aventureros. Y tiene toda la razón. Lo que le ha faltado decir a Revilla pero lo sabemos todos, es que estos no son aventureros ni investigadores como Amundsen, Darwin, Edmund Hillary o Alexander von Humboldt. Son gilipollas que confunden la naturaleza con un parque temático de Disney. El problema es que dentro de la cueva no hay puestos de Coca-Cola y palomitas.

Yo creo que a esa muchacha tenían que haberle dejado que se hiciera el selfie. Por lo menos para que la viéramos todos en el Facebook, el Instagram, o la red social que le guste a ella. ¿Espeleóloga? Los cojones, con perdón, eres tú espeleóloga, tía, vete a dormir y mañana hablamos. ¡Ah! Y no te olvides de llevarte el osito a la cama, guapa. Oye: ¿te apago la luz?

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