Opinión

Los dos milagros de Santarém

Hoy es 25 de abril, una fecha muy señalada para nuestro amado Portugal, y como en las redes sociales se está poniendo tan de moda la lectura para distraernos no sé si de la realidad, voy a poner hoy aquí un antiguo cuento mío que habla en algo sobre la "Revoluçao dos Cravos". 

De adolescente mis amigos de Ourense y yo íbamos mucho de acampada. Decenas de veces estuvimos en una tienda de campaña o tocando la guitarra en pueblos como Entrimo y otros así a solo unos cientos de metros de Portugal y estoy hablando precisamente del año 1975, ignorantes de lo que estaba ocurriendo a tan poca distancia de nosotros. Además soy casi de La Guardia, así que me crié de niño viajando a Camiña o a Vilanova da Cerveira en una barcaza. Años después recordando eso escribí este cuento. Va:

"Un truco mágico muy bueno de la Edad Media y que pocos sabían practicar con destreza era el de encerrar vientos en un huevo. 

Felipa de Santarém, una bruja que vivió en la villa portuguesa del mismo nombre a finales del siglo XII dominaba este arte: encerraba varios vientos distintos en un huevo de gallina normal y lo vendía. El caso ha sido contado en más de una ocasión por don Álvaro Cunqueiro y otros cronistas. 

Después, como bien se sabe, el comprador del huevo no tenía más que arrojarlo al suelo donde quisiera y al romperse los vientos se liberaban y desataban un huracán. Estos huevos eran muy populares y mucha gente viajaba desde todos los rincones de Portugal para comprarlos. Felipa vendía cada uno por dos Barbudas de Vellón, la famosa moneda que Fernando I, el rey portugués muito amador de mulheres, acuñó para celebrar la conquista del Reino de Galicia.

Algunos historiadores (pocos) atribuyen a la intervención de uno de estos huevos el Milagro de Santarém, que se produjo en 1370. Entonces el relicario de cera que se conservaba en la iglesia de San Esteban y contenía la Hostia Sangrante se rompió sin ayuda de nadie en mil pedazos. Dicha teoría sin embargo nunca ha sido muy divulgada, sobre todo a causa de la frontal oposición con que fue acogida siempre por la Hermandad del Santo Milagro, que la considera una herejía. Actualmente la Hostia, que continúa licuándose, dispone de una nueva ampolla de cristal y puede ser contemplada libremente y gratis, por peregrinos y visitantes en el altar mayor de la dicha iglesia.

El otro Milagro de Santarém fue el de Salgueiro Maia. Este hombre santo también desató una tempestad, pero en todo Portugal. Fue el 25 de abril de 1975, si bien para lograr el prodigio en aquella ocasión Maia empleó un sistema distinto al de Felipa. Convocó a los demonios a través de la radio con una canción, una de Zeca Alfonso: Grandola Vila Morena. Y los demonios -Maia era un mago poderoso-, acudieron todos a una."

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