Opinión

No disparen al pianista

Don Pedro Fernández, un concejal de Vox de Madrid (que con ese nombre el pobre no va a llegar a ninguna parte en Vox, ya se lo auguro yo, mejor que se dedique a otra cosa o que se busque un apellido más rimbombante), se ha entronizado el otro día como el supercoronavirus de la política nacional española con una frase ingeniosísima, impagable, fabulosa, de nota. La frase es esta: "Aparten sus marxistas deseos y apetitos sexuales de mi hijo". 

La verdad es que estos tipos de Vox podrían llegar a ser tan divertidos como Tip y Coll si se lo propusieran, si no fuera porque Tip y Coll eran buenas personas y ellos no. Vamos, que la próxima semana... hablaremos del gobierno.

Yo no sabía que existieran "deseos sexuales marxistas". Ha resultado una novedad y un descubrimiento para mí a mi edad, solo comparable a la sorpresa que le produjo a Cristóbal Colón el descubrimiento del Nuevo Mundo, hasta el punto de que el Almirante siguió manteniendo hasta su fallecimiento que aquello era China. Ya hace falta ser terco.

Pero sigamos. Cuando en mi adolescencia, ingenuo de mí, me tragué las obras completas de Marx y Engels creo que editadas por Akal ya no lo recuerdo, incluyendo los insufribles "Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte" o "Introducción a la Dialéctica de la Naturaleza", ni de lejos podía pensar yo que existieran deseos sexuales marxistas. Y mira que entonces me hubiera gustado mucho eso, porque aquellos dos tomos de Akal eran una pesadez. Pero no. Nanai.

A mí me encantaría charlar un rato (un ratito pequeño ¿eh?, que quede claro) con don Pedro Fernández, un tipo que por poco casi se llama como el presidente del Gobierno, para que me explicara a fondo en qué consisten exactamente los deseos sexuales marxistas. Y para que me explicara si hay también deseos sexuales capitalistas o anarquistas, cuáles son las diferencias entre unos y otros, y si existen otros tipos de deseos o apetitos sexuales políticos que por mi falta de estudios ignoro. Siempre estoy abierto a toda clase de nuevas experiencias en ese campo; el del pensamiento político, quiero decir.

Sinceramente, yo he tenido algunas aventuras sexuales que obviamente no voy a contar aquí que podrían tranquilamente encuadrarse en conceptos como "la lucha de clases", el "socialismo científico", "la propiedad privada", o el "acceso a los medios de producción", pero creo que eso no tiene nada que ver con lo que dice ese iluminado concejal madrileño. Me da que él habla de otra cosa y me gustaría saber cuál es.

En fin, que don Pedro Fernández es tonto de capirote. Pero no seamos tan malos, él nació así y no tiene la culpa de eso, qué le vamos a hacer. Y precisamente por eso, por eso precisamente he titulado este artículo, no sé si se han dado cuenta ustedes "No disparen al pianista". Y es que el pianista solo se limita a tocar la canción.

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