Opinión

Películas

A raíz de una propuesta de unos amigos en noviembre de 2018 dediqué diez días a poner cada día en mi Facebook un fotograma de una película que me impactó en su momento. El juego consistía en poner un fotograma de una película sin dar pistas de cual era ni decir su título, para que la gente lo comentara. 

Mi colección fue así, cinco películas en blanco y negro: "Matar a un ruiseñor", "Caballero sin espada", "Tempestad sobre Washington", "Pasión de los fuertes" y "La noche del cazador"; y cinco en color "Hair", "Cidade de Deus", "Cuenta conmigo", "Salvar al soldado Ryan" y "El Imperio del Sol".

Solo era un entretenimiento pero tuvo la gracia de ver también las películas que ponían los demás e intentar descubrir cuáles eran. Bonito y divertido.

Como yo supuse que los que jugábamos a ese juego seríamos de la misma generación o parecida, se repetían bastantes películas en los distintos participantes. Películas como “ET”, “Tiburón”, “Blade Runner”, etc. Me sorprendió de todas formas que pocos pusieran películas en blanco y negro, quizá porque la mayoría de los que se prestaron al divertimento en realidad eran más jóvenes que yo.

En ese absurdo pero entretenido ejercicio descubrí sin querer un par de cosas que ya sospechaba. Una, que me encantan las películas políticas o de abogados como se puede colegir por las tres primeras "Matar a un ruiseñor", "Caballero sin espada" y "Tempestad sobre Washington". Y dos, me encantan también las películas cuyos protagonistas son niños como "La noche del cazador", "Cidade de Deus", "Cuenta conmigo" y "El Imperio del Sol". Incluso en "Hair" los protagonistas podrían ser niños si la volviéramos a ver con otro criterio. A fin de cuentas los hippies eran niños, ¿no? O quizá es que yo mismo sigo siendo un poco niño.

Aparte quedarían "Pasión de los fuertes" y "Salvar al soldado Ryan". "Pasión de los fuertes" cuyo título original es "My darling Clementine" es una de mis películas favoritas. Víctor Mature, el alcohólico y tuberculoso pistolero Doc Holliday que recita a Shakespeare en el saloon de Tombstone me parece uno de los personajes fabulosos de la historia del cine. Y por supuesto ahí están, dibujando esa preciosa historia Henry Fonda y Linda Darnell, llenando la pantalla de una indescriptible belleza con esa bonita canción de fondo "My darling Clementine". Ya decía John Ford que por cierto no solía equivocarse: "Si usted no ha visto caminar a Henry Fonda, entonces no sabe lo que es el cine".

Hace tiempo en algún programa de radio que ya no recuerdo algún tertuliano ingenioso señaló que los políticos de hoy se dividen básicamente en dos clases, los que sus referencias culturales son "El Padrino" y los que sus referencias culturales son "Juego de Tronos". O sea, lo que dijo en el fondo es que no hay políticos cuyas referencias culturales sean algún o ningún libro. 

Bueno... pues sigamos viendo películas.

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