Opinión

Pelo Pikachu

Un expresidente de Irán, un tipo que se llama Bani Sadr aunque podría llamarse cualquier otra cosa que nos daría lo mismo porque aun con otro nombre sería igual de malnacido, ha dicho que "el pelo de la mujer emite unos rayos que estimulan el deseo sexual en los hombres, por lo que es necesario cubrirlo". O sea como Pikachu, que emite peligrosas radiaciones lumínicas cuando se enfada. El pelo de la mujer según Bani Sadr es una especie de pelo Pikachu. Esto es un descubrimiento científico de proporciones inimaginables que cambiará la historia de la humanidad y la de los viajes espaciales.

Es fácil comprender la preocupación de ese ¿hombre? y lo que sufrirá cuando se cruza por la calle con una mujer con el pelo Pikachu al aire. Una tortura que seguro necesitará tratamiento psicológico y hasta medicación.

En los ochenta yo era un joven fotógrafo que trabajaba para Luis Carballo y la revista Galicia Moda. Un día me cruzé en Ourense en La Diagonal con un chico muy guapo, rubio, de pelo rizado y con una pinta digamos original, muy moderna para aquel entonces. Lo abordé. El chaval era alemán. Era un surfer que estaba en Ourense de paso hacia Pantín y esos sitios a donde van los surfers por aquí. Le pregunté si querría posar. Dijo que sí, lo llevé al estudio e hicimos unas pruebas. En aquella época todos en Galicia Moda buscábamos chicos y chicas guapos/as por la calle, para utilizarlos como modelos que se contentaban con que les regaláramos unas copias de las fotos, aunque también contratábamos claro está, modelos profesionales bien pagados. A este también le pagamos bien.

El chico se quedó unos días en Ourense e hice con él una sesión de fotos para la marca Caramelo. Fue un éxito. La temporada siguiente el diseñador de Caramelo, Javier Cañas, dijo que quería al mismo chico y le pagó el viaje desde Alemania y la estancia. Para entonces nosotros, Galicia Moda, ya estábamos instalados en Vigo. En aquella segunda sesión con él me enteré de que su padre era un reconocido fotógrafo de moda en Alemania que trabajaba para el Cosmopolitan (una revista que aun no existía aquí). Era un fotógrafo especializado en retratos con viento, fotos de portada donde la modelo aparece sobre un fondo liso con su pelo sacudido por un precioso vendaval que, obviamente, se hace en estudio con ventiladores, flashes y una cámara con motor.

Yo era un fotógrafo incipiente, trabajaba con cámaras Hasselblad al igual que su padre y sentía mucha curiosidad porque siempre quería aprender, así que le pregunté al chico cuántos disparos hacía su padre para obtener aquella foto de portada. La respuesta fue "cuatrocientos, quinientos, no lo sé exactamente".

Al leer el otro día las declaraciones del tal Bani Sadr no pude evitar acordarme del padre de aquel modelo mío. ¡Cielo santo, lo que tuvo que sufrir aquel hombre toda su vida! Pelo Pikachu.

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