Opinión

Pensamiento lateral

A pesar de todo tenemos que reírnos. No nos queda otra y es lo mejor para nuestra salud. Vamos allá.

El "pensamiento lateral" es un concepto de psicología acuñado por el psicólogo y escritor Edward de Bono que se barajaba mucho en los años sesenta, setenta y ochenta en disciplinas creativas como el arte, la fotografía, la creación literaria, etc. En publicidad incluso había libros, yo leí algunos, dedicados a eso hasta con ejercicios que supuestamente entrenaban tu mente para potenciar el pensamiento lateral, al que se le suponía una capacidad especial para generar ideas novedosas, originales o diferentes. 

A mí de joven, trabajando en creatividad publicitaria, todo el mundo me decía que yo tenía pensamiento lateral. Lo cual en aquel contexto quería decir que se me ocurrían cosas (la mayoría estúpidas) que no se le ocurren nunca a nadie, pero que publicitariamente podían resultar inventivas, interesantes, reveladoras o ingeniosas. Depende, claro, todo depende.

La norma del Gobierno para que los niños, acompañados de un adulto, salgan a pasear todos los días a un kilómetro de su casa me ha recordado ese tema, el del pensamiento lateral, algo que creo puede ayudar a los padres en esta situación. Veamos.

Usted puede coger a su niño, salir ambos de casa y alejarse en línea recta durante un kilómetro. Una vez en ese punto usted y su hijo comienzan a caminar recorriendo el borde interior de la circunferencia imaginaria que dibuja ese radio de un kilómetro, sin salirse de él. O sea una circunferencia correspondiente a un diámetro de dos kilómetros. Completado el recorrido se encontrarán otra vez en el punto del radio al borde de la circunferencia en el que iniciaron la caminata circular, así que regresan a casa otra vez en línea recta por el mismo itinerario del radio del principio. 

La longitud de una circunferencia se calcula multiplicando su diámetro por 3,1416. Pero en este caso a esa cantidad tenemos que sumarle además otros dos kilómetros, el del radio de salida desde casa y el del radio de regreso a casa. Así que usted y su hijo habrán dado un bonito y entretenido paseo legal y permitido de ocho kilómetros y doscientos ochenta y tres metros. Un buen paseo, qué duda cabe.

Claro que según la normativa usted y su hijo solo disponen de una hora para hacerlo. No es mucho tiempo, la verdad. La velocidad de marcha humana de un adulto caminando a paso normal está más o menos entre los cinco y seis kilómetros por hora. Con un niño pequeño es más difícil conseguir recorrer ocho kilómetros en una hora, pero trotando a paso ligero puede hacerse. De todas formas si su hijo, usted o ambos se cansan, siempre tienen la opción de regresar en línea recta hasta casa por cualquier otro radio posible de la circunferencia.

Sea como sea pónganse ropa ligera, un buen calzado, y no se olvide de llevar una brújula y una cantimplora.

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