Opinión

Sentidiño

Por fin España ha descubierto algo que muchos ya sabíamos. Que el tan loado "seny" catalán desapareció hace tiempo, enterrado a conciencia por una colección de personajes que parecen cromos sacados de un álbum no infantil. Un álbum que en lugar de "Vida y Color" podría titularse tranquilamente "Mentira y Robo" y en el que los codiciados cromos de los Pujol padre e hijo o el de Puigdemont son dificilísimos de encontrar. Apenas son un tres por ciento del total de cromos impresos que ha puesto en circulación el editor. Y para colmo, nadie sabe porqué, la mayoría de esos cromos tan ansiados solo se encuentran en kioskos de Suiza o Bélgica. En cambio los cromos de Quim Torra se repiten insidiosamente cada vez que rasgas y abres un sobre comprado aquí: sipi, sipi, sipi. Todos son Quim Torra. Así no hay quién complete el maldito álbum. Y te gastas una pasta en sobres.

La esperanza (y no es poca, lo digo en serio) es que el "sentidiño" no solo lo hemos tenido nosotros los gallegos, sino también los ciudadanos de Euskadi, Navarra, La Rioja y Canarias

Llegados a este punto y aclarado que ha desaparecido el "seny", en la maltratada piel de toro ya solo nos queda el "sentidiño" gallego. Y una prueba de ello es que aquí, en esta lluviosa esquina del noroeste apartada del mundo, los de Vox no han sacado ni para comprarse un chicle que supongo, en el caso de que lo hubieran logrado habría sido uno de aquellos fabulosos Bazooka de nuestra infancia, precisamente de los tiempos de "Vida y Color".

La esperanza (y no es poca, lo digo en serio) es que el "sentidiño" no solo lo hemos tenido nosotros los gallegos, sino también los ciudadanos de Euskadi, Navarra, La Rioja y Canarias. Así que los de Vox se quedan sin el marisco, el pulpo, el txacoli, el marmitako, los espárragos, el vino, el bacalao y hasta las papas arrugás y el queso majorero. Yo no sé cómo piensan alimentarse correctamente así, sin estos productos básicos. Las banderas no son precisamente alimenticias. Bueno, yo no las he probado pero tampoco las veo nunca en las propuestas de los dietistas o en las de los grandes restauradores. Habrá que preguntarle a José Andrés que seguro que nos lo aclara ya que él puede ver las cosas desde fuera, desde otra perspectiva, con objetividad.

El "sentidiño" gallego no es más que el simple sentido común. Algo que hoy, que tanto se baraja esa idea de votásteis mal, tenéis que volver a hacerlo hasta que votéis bien, los gallegos y los otros que he citado más arriba sí supimos tener el 10N, "sentidiño".

Lo he dicho más veces. Cuando yo era un crío, coleccionaba "Vida y Color" y solo había dos canales de televisión en España, en Galicia nos sentábamos todas las noches delante de la tele para aguantar a una pandilla de malos humoristas, cutres y estúpidos, ridiculizándonos en blanco y negro y ridiculizando nuestro acento. Yo hoy, como gallego, no diré lo que le dijo Rosalía a Vox hace unos días pero sí algo parecido: "Así aquí non, rapaces."

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