La vivienda, trampas y mentiras

Publicado: 22 sep 2025 - 04:40

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La primera gran mentira es que la vivienda sea la principal preocupación de los españoles. No, en todo caso es la principal preocupación de unos españoles, no de todos. Pero, ¿por qué es un problema? Básicamente, porque se disparó la demanda frente a la oferta. En 2008, coincidiendo con la Gran Recesión, España tenía 45.239.271 habitantes. Hasta esa crisis provocada por lo que se dio en llamar la Burbuja del Ladrillo, se construían y comercializaban viviendas sin parar.

Entonces, por estar preocupados por no volver a estafarse entre ellos inflando el valor de la vivienda para facilitar el crédito

Pero a partir de ahí, no solo cambiaron las tornas. No solo se desmantelaron las grúas y los andamios, sino que, con el tiempo, la población aumentó hasta alcanzar los actuales 49.135.949 de individuos, es decir, casi 4 millones más para el mismo parque de viviendas que hace 17 años.

¿De verdad alguien podría creer que la culpa está en que cesó la construcción por las viviendas sin vender que quedaron en manos del Sareb, o banco malo? Pues no. En más de la mitad de las viviendas del Sareb son construcciones antiguas y de aspecto, calidad y localización poco rentables, que fueron utilizadas como aval crediticio. Basta con mirar esas ofertas que periódicamente sacan los medios de comunicación para darse cuenta de que son tan asequibles porque no tienen un valor reseñable. La mayoría son edificaciones que superan los 50 años.

¿Estará la respuesta en que los bancos no negocian hipotecas por un exceso de vivienda? Frío, frío. Entonces, por estar preocupados por no volver a estafarse entre ellos inflando el valor de la vivienda para facilitar el crédito. Nada más lejos de la realidad. Si hay algo que las entidades financieras aprendieron de la Gran Recesión, no solo es que pueden pasarse por el arco del triunfo las normativas internacionales de supervisión bancaria, conocidas como los Acuerdos de Basilea, ya que, si bien por un lado no existe ninguna entidad con autoridad y capacidad coercitiva sobre ninguna entidad bancaria. Por otro lado, les quedó claro que, en caso de debacle bancaria, para evitar el colapso de la economía, los estados se hacen cargo de la deuda para que los bancos no desaparezcan.

Es decir, que se saben con absoluta libertad para hacer lo que les dé la gana con el dinero de los clientes ya que, en caso de fiasco económico, son los ciudadanos quienes van a financiar el desastre. Entonces, ¿cuál es el motivo por el que la vivienda se encarece de manera exponencial? La primera que se apuntaba antes era la diferencia entre la demanda y la oferta. La población creció mientras la edificación se estancó.

Los otros dos motivos son aún más patéticos e interesantes. El primero es porque falta suelo para construir, y eso se debe a las normativas que este país tiene para todo. España es el país donde más leyes hay, hasta el extremo de ser imposible respetarlas. Algo que se hace de manera deliberada para que el ciudadano se muestre sumiso. Mientras no proteste se hace la vista gorda, pero si discrepa, se cae sobre él con todo el peso de las instituciones.

¿Qué tiene eso que ver con suelo? Pues que en este país un 80% del suelo es masa forestal y el 20% restante es suelo urbano, pero no todo es urbanizable. No porque no sea apto para ello -que para eso se obliga al constructor a presentar un informe geológico que lo avale- sino porque las disposiciones municipales habilitan suelo a cuentagotas, imposibilitando la construcción.

El segundo motivo es más prosaico e indignante. Los bancos no facilitan crédito. ¿Será porque se han vuelto más prudentes? No. Con la seguridad de que, por imposición gubernamental, los platos rotos los van a pagar siempre los ciudadanos, a cambio de beneficios fáciles, de buena gana se pasarían otra vez los Acuerdos de Basilea por donde Caperucita lleva la cestita. No se financian hipotecas simplemente porque no hay dinero. Entonces, ¿cómo es posible que en 2007 concedieran créditos a solicitantes con un salario mínimo interprofesional de 600 euros, y ahora con ese mismo sueldo fijado en 1.184, rechacen conceder hipotecas? Ah, pues ahí está la clave de todo, que aunque el salario se haya doblado, el poder adquisitivo se ha reducido a la mitad porque el Gobierno no ha parado de incrementar la deuda pública. De modo que, la próxima vez que le digan que la falta de vivienda es por culpa de los inversores, recuerde que los especuladores son los que gestionan el Estado.

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