Opinión

Masterchufla

Cuando pones a un cocinero a presentar un programa de televisión sucede lo mismo que si encargas a un periodista o presentador con poca mano en los fogones la elaboración de un suculento bogavante: célebre ridículo. El paso de la edición de MasterChef Celebrity 6 por A Coruña acabó en MasterChufla. La parodia del gallego protagonizada por los cocineros Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez manifiesta sus tragaderas, la incultura de los guionistas del programa y deja a Televisión Española a la altura de un canal comunitario; con más recursos porque la pagamos todos, pero con menos gracia y ninguna disculpa por emitir despropósitos sin revisar la edición.

Si el asunto va de hacer chistes más que de cocinar, podían haber contado con el monologuista David Perdomo o con Paco Lodeiro –imitador, cantante y presentador– para que el personal doblase por el eje con el koruño, lengua con diccionario apócrifo que también se habla en el lugar donde el mar abraza a una ciudad por la cintura. La parodia del gallego perpetrada por los cocineros cabreó hasta en Andalucía, tierra con otro acento con gracia cuando la entonación no es impostada. El mosqueo del personal es comprensible, como también que la chillona Samantha o Pepe, el estudiante de inglés, se presten a la cuchufleta, pero quizá un catalán como Jordi Cruz tendría que mostrar más sensibilidad cuando le presentan el guión.

Hasta Ana Pontón, portavoz nacional del BNG, calificó el disparate en las redes sociales como “vergoñento” y A Mesa pola Normalización Lingüística manifestó su malestar. La vergüenza ajena que suscitó el programa es para que los responsables de TVE y los de las administraciones que pagan el plato hagan una reflexión profunda. Somos tan riquiños que A Coruña ha soltado 50.000 euros para colocar en un programa de fogones unos planitos de una ciudad que no necesita vajilla de fiesta para que se coma con los ojos y el estómago. Esto chirría más que la parodia del acento porque el que paga tendría que exigir al menos que las imágenes ofrezcan la mejor cara en vez de mostrar un día desapacible que espanta cualquier plan turístico. A TVE le falta un hervor en su programación.

Te puede interesar