Eduardo Medrano
TAL DÍA COMO HOY
Camino de Santiago
Asistimos estos días a un acalorado debate por una canción que nos va a representar en Eurovisión, cuyo título es “Zorra” e interpretada por Nebulosa, tras haber resultado ganadora en el Benidorm Fest 2024.
Es verdad, y eso venimos comprobándolo cada día, que no es lo mismo el significado de una palabra según se refiera a un hombre o a una mujer. Tenemos claros ejemplos: zorra, prostituta; zorro, sagaz, listo; fulano, uno a quien se le ignora su nombre; fulana, con un uso totalmente despectivo; hombre público, que desempeña un cargo; mujer pública, que ejerce la prostitución; cojonudo, algo muy bueno o divertido; coñazo, algo muy aburrido... Y así podríamos seguir con innumerables vocablos.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, creo que el objetivo de la canción está conseguido: se hizo viral, está sonando y ya la conoce todo el mundo. Esa parte, la del márketing y la publicidad, está perfectamente lograda.
Otra cosa muy diferente es lo que esta canción puede aportar al colectivo de mujeres, sobre todo a las muy jóvenes. Personalmente, y a pesar de lo que en algunos sitios leemos, opino que no le está haciendo ningún favor al feminismo.
Es más, creo que todo lo contrario. Es soez, ordinaria y representa una idea de mujer pasada hace ya mucho tiempo. Viejuna y rancia. ¿En serio alguien puede creer hoy en día que porque salgas sola, te llaman “zorra”? ¿Por qué si me divierto? ¿Si alargo la diversión y se me hace de día, soy más “zorra” todavía?
¡Por favor! Hace muchos años que salimos solas, nos divertimos y ¡no!, no nos sentimos “zorras” en absoluto. Recuerdo cuando volvíamos por la mañana de divertirnos, y nos cruzábamos con algún vecino, solíamos comentar que íbamos o veníamos de las primeras misas. Y de eso, hace ya mucho tiempo...
Por favor, no traten de confundirnos. Afortunadamente, las cosas y las mentalidades hace mucho tiempo que cambiaron. Aunque también hay que decirlo, y es de justicia hacerlo, gracias a la lucha de muchas mujeres por la igualdad, cuando nadie hablaba de ello ni mucho menos se la consideraba un derecho.
Si el objetivo de la canción era confundirnos y hacerse famosa, está bien. Pero que no nos vendan que se trata de una canción reivindicativa, pues las reivindicaciones son tal cuando están ajustadas a la realidad, no a cierta idea que fue más real hace décadas que ahora, pero que alguien consideró que quedaba bien para escribir una canción pegadiza con un título impactante.
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