El Concello deja sin gastar el 65% de los fondos para combatir la drogadicción

PROGRAMAS MUNICIPALES

Clamor para que se restauren los programas municipales desmantelados

Túnel bajo la estación de tren, zona de consumo de droga.
Túnel bajo la estación de tren, zona de consumo de droga. | Miguel Ángel

El auge de toxicómanos en los barrios de A Ponte y O Vinteún, que muchos vecinos ligan al progresivo aumento de la delincuencia, tiene su origen en la escasez de recursos en los últimos años en la ciudad, que se ha abandonado a su suerte y no está, ni mucho menos, entre las prioridades del gobierno municipal.

La creación de patrullas vecinales y las continuas quejas ciudadanas han provocado un estallido de conflictividad en estos barrios del norte de la urbe, ante el riesgo de romperse la convivencia. Esta misma semana, la oposición lanzaba un SOS y exigía al gobierno de Jácome que reactive los programas sociales desactivados desde que llegó al poder. También el Sindicato Unificado de Policía y Cáritas alzan la voz ante la escasez de recursos y solicitan una intervención sociosanitaria, ya que “no llega con intervenciones policiales y judiciales”.

Gasto no prioritario

Los datos demuestran que el Concello ha abandonado la lucha contra la drogodependencia, que, entre otras cosas, genera riadas de toxicómanos en estos barrios, ya que carecen de alternativas. Tal y como ha recopilado este periódico, a través de las liquidaciones presupuestarias del Concello de Ourense -que pueden consultar los propios ciudadanos en la página web de la institución municipal-, el gobierno de Jácome ha dejado sin gastar dos tercios de los fondos disponibles para prevención y atención a drogodependientes, desde 2019 hasta la primera mitad de 2024 -son los datos por ahora disponibles-, pese a recibir cuantiosas subvenciones de la Xunta de Galicia para ello.

Cifras medibles

Así, de los 1.200.353 euros que contaba en las partidas específicas para prevención de drogodependencia, atención a toxicómanos y ayuda a entidades sociales de este ámbito, solo se gastaron de 2019 a 2024 un total de 416.294 euros, apenas el 34,6% del total, lo cual contrasta con los gastos en actos festivos, que casi triplican lo inicialmente presupuestado.

Como muestra, el último ejercicio cerrado definitivamente, 2023, en el que se refleja que el Concello solo dispuso 2.241 euros para la Unidad de Atención a la Drogodependencia pese a tener 13.000 euros presupuestados. Ese mismo ejercicio, para prevención apenas destinó 12.370 euros de los 70.000 reservados y tan solo entregó a Proxecto Home y Comité Antisida la mitad de lo previsto (25.000 de los 50.000 euros presupuestados).

Tendencia

En años anteriores, la situación fue similar, y hay ejercicios en los que incluso se gastó cero euros en la Unidad de Atención a Drogodependencia, como en 2021, y nunca gastó anualmente más de 12.000 euros en los programas de prevención pese a tener 70.000 euros cada año disponibles. Estos datos ayudan a entender el silencio mostrado estos días por el gobierno municipal.

“En la ciudad no hay recursos para atender a los toxicómanos, se han ido reduciendo”

El delegado de Cáritas en Ourense, José Ángel Feijóo Mirón, es rotundo. “No tenemos recursos para atender a los toxicómanos. En la ciudad los recursos son pocos y se han ido reduciendo”, señala. Hasta hace dos años había un piso tutelado para ellos regentado por Atox, una asociación que cesó su actividad. “Se requiere un trabajo coordinado de servicios sociales, sanidad… Actuar contra los que viven y hacen negocio de las adicciones está bien, pero deben reactivarse las campañas de prevención… Si no se hace una buena prevención, si no se tienen recursos donde se les puede tratar, lo vamos a tener muy complicado. La labor policial está bien, pero hay que incidir en la prevención y la atención para la desintoxicación”, añade Feijóo Mirón.

El delegado sostiene que muchos toxicómanos que deambulan por las calles tienen un deterioro mental grave y lo peor es que “no hay dónde tratarlos”. “Muchos están un tiempo en la residencia y vuelven a la calle. En la desintoxicación solo hay entidades privadas (como Proxecto Home). En el ámbito público está la UCA (Unidad de Conductas Adictivas), pero solo hacen un cierto seguimiento, analíticas… Estas personas están en la calle, son ellos los encargados de su medicación y no son capaces de seguir el tratamiento”.

“Hostigar no es solución”

En esta línea, Roberto González, secretario general del SUP (Sindicato Unificado de Policía) Galicia, sostiene que en la ciudad se requieren “más que respuestas judiciales y policiales”, con intervención social y tratamientos forzosos para toxicómanos: “Estas personas no deberían estar en la calle, son personas enfermas”. “Hostigar a estas personas no es la solución, se requiere una ayuda desde la parte social”, añade González, que no ve las patrullas vecinales como respuesta adecuada, sobre todo “cuando se empiezan a meter personas con antecedentes que llegan de otras ciudades aprovechándose del clima generado. Hay que tener mucho cuidado”.

Asimismo, advierte que la Policía Nacional tiene una Brigada de Información que vigila los chats por “posibles delitos de odio” y sabe quién patrulla: “Esas personas están plenamente identificadas”.

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