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OPERACIÓN COPÉRNICO EN OURENSE
Después de pasar tres noches en los calabozos, ayer por la mañana pasaron disposición judicial ocho de los 15 detenidos el pasado miércoles en la macrorredada contra el tráfico de drogas en el barrio de Covadonga, la bautizada como operación Copérnico. Tras tomarles declaración, el titular del juzgado de Instrucción número 1 de Ourense decretó prisión provisional para seis de ellos. Los otros dos detenidos fueron puestos en libertad.
Los arrestados fueron trasladados a dependencias judiciales a primera hora de la mañana de ayer. Las declaraciones ante el magistrado de Instrucción 1 de la ciudad, Leonardo Álvarez, se alargaron durante toda la mañana. Finalmente, el juez decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para seis de los ocho detenidos en el operativo, que fueron trasladados en un furgón de la Policía Nacional al centro penitenciario de O Pereiro de Aguiar. Dos detenidos salieron en libertad, a los que hay sumar otros siete arrestados en un primer momento, y que fueron puestos en libertad en dependencias policiales.
Entre los detenidos, se encuentran varios históricos del tráfico de drogas en la ciudad. De hecho, dos de las personas que ingresan en prisión pertenecen al clan de los vietnamitas. Entre los motivos que esgrime para decretar el ingreso en prisión está el claro riesgo de reiteración delictiva, puesto que los detenidos no cuentan con otro medio de vida y dependen de la compraventa de droga para su sustento económico, tal y como reconocieron ellos mismos durante su declaración.
La operación Copérnico, dirigida por la unidad antidroga de la Comisaría de la Policía Nacional en Ourense, estaba destinada a asestar un duro golpe contra los puntos de venta de droga y consumo de estupefacientes en el barrio de Covadonga. Además de las 15 detenciones, los agentes incautaron tres kilos de heroína, un kilo de cocaína, 400 gramos de hachís y otro kilo de “rebujito” (mezcla de cocaína y heroína). También se requisaron 16.000 euros en efectivo.
En total se realizaron entradas y registros en 10 inmuebles de Covadonga. Estos narcopisos, que han quedado precintados, funcionaban como auténticos supermercados de la droga y estaban operativos las 24 horas del día. En ellos se distribuían cientos de dosis a consumidores habituales y además se les habilitaban zonas para el consumo en los propios inmuebles, las conocidas como “narco-salas”.
Estos enclaves contaban con las máximas medidas de seguridad para eludir a las fuerzas del orden. Desde cámaras de seguridad, hasta puertas blindadas e incluso zulos búnker donde resguardar la droga. Por si fuera poco, en los exteriores de los pisos operaban los “alertantes”, encargados de dar aviso ante cualquier presencia policial.
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