Un Son Goku a escala real

ARTES PLÁSTICAS

Rubén Quiroga comenzó en el mundo del arte desde muy pequeño. Tiene su propio estudio, donde realiza figuras en tres dimensiones incluso a tamaño real. A través de sus piezas busca ser reconocido por el trabajo detallado de pintura en sus creaciones.

Rubén Quiroga trabaja en su taller en una de sus piezas.
Rubén Quiroga trabaja en su taller en una de sus piezas. | LUCÍA OTERO

Rubén Quiroga comenzó en el mundo artístico a muy temprana edad, pintando cuadros para casa de sus padres y abuela, una faceta que tanto a él como a su familia les gustaba mucho. El mundo del arte está muy presente en su familia -su hermana, en redes conocida como @balotelli.tatoo, realiza tatuajes en su propio estudio en Ourense-. La pasión de rubén por coleccionar esculturas y figuras la alternaba en su tiempo libre con dibujar y pintar, un pasatiempo que ahora se ha convertido en su profesión. “En la pandemia gasté mucho dinero en figuras. A raíz de ahí fui consciente de que había que ahorrar, por eso empecé a hacer las mías propias en mi tiempo libre. En noviembre me quedé sin trabajo, al ver que a la gente le gustaba lo que hacía, lo convertí en mi empleo”, afirma.

Hoy en día cuenta con su propio estudio, RK, en la calle Juan XXIII número 5, donde realiza desde llaveros o posavasos hasta figuras de tamaño real. “Aquí es donde yo realizo los diseños y los creo, normalmente los clientes contactan conmigo vía online o a través de redes sociales en mi perfil, @rk3d.arts. También pueden escribirme por Whatsapp o correo electrónico, quien quiera puede venir a la oficina y ver el material o alguna muestra”, asiente Rubén Quiroga.

Para la elaboración de estas piezas, primero necesita un diseño. Una vez se pasa al ordenador, se corta en distintas partes y se selecciona el material y el tamaño que se quiere usar. Posteriormente, se lanza a la impresora y una vez finalice este proceso se lija, pule y se le quitan los soportes para que quede lo más liso posible. Finalmente, se realiza un trabajo de imprimación en spray o aerógrafo, para posteriormente poder pintarlo y barnizar. “Busco que mis piezas sean reconocidas por mi pintado al detalle y toque artístico, ya que lo hago a mano con pincel o aerógrafo”, manifiesta Quiroga.

Una de las figuras en la que trabaja el artista ourensano.
Una de las figuras en la que trabaja el artista ourensano. | LUCÍA OTERO

Estas piezas están hechas de plástico o resina, y su dimensión varía en función de las preferencias del cliente, que pueden llegar a ser de tamaño real. Los precios varían en función de las características del producto y el diseño demandado por el comprador, pueden ir desde los 70 hasta los 2.000 euros.

Entre los trabajos realizados por el artista ourensano existe gran variedad, pero Rubén señala con especial ilusión una de sus piezas. “Tengo una figura de Son Goku a tamaño real. Con las impresoras con las que trabajo hoy en día, me llevó dos meses realizarlo completo a la mejor resolución posible. La cara, el cuerpo, la tela no tienen ningún defecto, parece real. Mientras trabajan, las impresoras no deben parar, por lo que fueron dos meses de continuo funcionamiento. Después de imprimirlo hay que unir las piezas, lijar, pintar… Preparar una figura así, siendo solo yo, puede llevarme cuatro meses”.

Rubén está él solo al frente de su negocio, pero ya ha traspasado fronteras llegando a Estados Unidos, Suiza o Navarra. “Trabajo con diferentes estudios con los que tengo licencias, para poder contar con diversos diseños. Trato de vender al cliente algo exclusivo que no va a encontrar en ningún sitio”, apunta Quiroga.

Actualmente, Rubén tiene expuestas algunas figuras en las galerías del Parque de San Lázaro y en el Sindicato del Cómic, en Doctor Marañón. En noviembre, estará en una exposición en A Coruña y trabaja con una productora de cine.

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