Características del árbol de los dioses, llegado de China y abundante en Ourense

RÁPIDO CRECIMIENTO

El árbol de los dioses, muy presente en Ourense en la actualidad, fue introducido en Europa por el jesuita francés Pierre Nicholas D’Incarville

Ejemplar de Ailanthus altissima.
Ejemplar de Ailanthus altissima. | LA REGIÓN

El ailanto es un árbol caducifolio no muy longevo, originario de China, conocido, también, con los nombres de árbol del cielo, árbol de los dioses, falso zumaque o gandul de carretera y científicamente con el de Ailanthus altissima. Pertenece a la familia de las Simaroubáceas.

El nombre genérico latinizado, ailanthus, procedente del malayo, concretamente de las islas Molucas, significa “árbol del cielo” en alusión a su gran tamaño. El adjetivo altissima también hace referencia a que, debido a su rápido crecimiento, puede alcanzar gran altura en poco tiempo, llegando, incluso, a los treinta metros.

Fue introducido en Europa por el jesuita francés Pierre Nicholas D’Incarville, quien envió semillas de esta especie desde Pekín al botánico Bernard de Jussieu a mediados del siglo XVIII. En un principio se creyó que se trataba del árbol llamado zumaque. Se utilizó como árbol ornamental para jardines. Asimismo, se intentó emplear para repoblación forestal, pero debido a la baja calidad de la madera no este proyecto no llegó a tener éxito. Hoy en día se cultiva mucho en xerojardinería, o sea, en jardines con plantas de alto valor ornamental y bajo consumo de agua.

Su copa es amplia e irregular. Su tronco, erecto y poco ramificado, tiene la corteza lisa de color gris, con tonos marrones en los ejemplares adultos. Sus hojas, largamente pecioladas, están compuestas por pares de folíolos oval lanceolados y desprenden un característico olor desagradable al restregarlas, especialmente las de los pies de planta masculinos. Sus flores, de color verdoso, están dispuestas en racimos colgantes situados en posición terminal. Normalmente florece a finales de primavera y principios de verano. El fruto alado y de intenso color pardo rojizo en la madurez, puede mantenerse durante cierto tiempo en el árbol aún cuando éste haya perdido sus hojas; se dispersa fácilmente y a cierta distancia por la acción del viento. La semilla está en el centro del ala. Crece en espacios degradados como solares abandonados, escombreras, cunetas, bordes de las vías del tren, riberas de ríos y riachuelos, pero también en hábitats forestales naturales.

Esta especie arbórea se está convirtiendo en una verdadera plaga, ya que su presencia constituye una grave amenaza para las especies autóctonas, dificultando su regeneración, provocando un descenso notable de la biodiversidad. Sus raíces emiten sustancias que impiden las germinación de otras especies. Además, debido a la sombra que producen afecta también a los ecosistemas ya que impide el crecimiento de una adecuada cobertura herbácea. Por este motivo, el ailanto está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. En Galicia, donde se cita por primera vez como especie naturalizada a finales del siglo pasado, su presencia es cada vez más numerosa y, por ello, también considerada así por la Sociedad Galega de Historia Natural. Es muy difícil de erradicar, rebrotando con gran facilidad incluso después de la tala o quema.

Además de ser una especie altamente invasora, puede causar problemas de alergia en la población.

Desde el punto de vista médico, el ailanto tiene propiedades astringentes, antidiarreicas y eméticas. Su madera se emplea para la fabricación de papel y de las hojas se obtiene un tinte amarillo para teñir a lana.

En la provincia de Ourense, especialmente en las orillas del Miño, hay muchísimos. También en la capital, ya que es una especie que tolera la contaminación urbana, así como la industrial.

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